Una imagen de archivo del líder de Vox en Baleares. | P. Pellicer

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Hubo tres mensajes claros durante la campaña para las elecciones del 28 de mayo: el de Francina Armengol (PSIB),    que apostaba por repetir su fórmula para gobernar (aunque para eso necesitaba tres partidos y uno, Podemos, se evaporó);    el de Marga Prohens (PP), que proclamaba que su empeño era la mayoría suficiente para gobernar sola pero    buscando ayuda si le hacía falta, y    el de Jorge Campos (VOX), que repitió varias veces que su modelo era el de Castilla y León. Y los tres eran verdad, aunque en el escenario post electoral sólo quedan dos actores.

La reunión más sustanciosa entre PP y Vox se celebró en un hotel de muchos colorines. Fue el día antes de la visita de Feijóo. La primera de las reuniones, en una sala de Parlament, fue más que nada para la foto. Pretendía dejar claro que Prohens tomaba la iniciativa para formar Govern. Entre una y otra hubo reuniones internas tanto en el PP como en Vox. Jorge Campos, y no la presidenta del partido en las Islas, la diputada electa Patricia de las Heras, no ha rechazado declaraciones con los medios y otras las ha buscado. En las negociaciones, Campos ha dejado claro que quiere ser vicepresidente del Govern (o que la vicepresidencia sea para Vox) , que como «tercera fuerza» le correspondería la Presidencia del Parlament y que quiere marcar la línea del Ejecutivo. Y quien dice marcar línea del Ejecutivo dice imponer lo que el líder de extrema derecha no ocultó    la legislatura pasada: catalán residual, mano dura contra la inmigración «ilegal»,    menos política de género y más familia, y mano dura contra ‘okupas’.    El PP estaba dispuesto a ‘comprar’ parte de su programa, pero no darle el protagonismo.

Quizá Campos tiene más predicamento del que parece en la dirección estatal.Depende mucho de quién lo cuente. Hay quienes daban por hecho que será el cabeza de lista a las generales. Esa es una idea que gustaba en el PP de Prohens. El PP no juega a dos barajas. Juega a todas las barajas que hagan falta pero –y eso es un mensaje que se traslada desde el Partido Popular en las Islas– , aquí no hay que provocar incendios como los de Castilla y León o la Comunidad Valenciana porque «hay otras alternativas». Forzar unas nuevas elecciones (pues hace tiempo que tanto desde el PP como desde Vox se habla de eso aunque en el PSIB no se lo crean mucho) es algo que a veces sale bien y otras    no.

Marga Prohens tiene claro que llegado a ese escenario    sería fácil responsabilizar a Vox del bloqueo y que eso le llevaría a asegurase más votos. Pero no cuenta con que también Vox saca a pasear las elecciones y deja ver que son la verdadera derecha frente a la «derechita cobarde» que quiere hacer la misma política que Armengol en cuestiones sensibles, como la lengua o las políticas de igualdad. El PP balear tiene el apoyo de Feijóo pero también lo tiene el PP de la Comunidad Valenciana para todo lo contrario. Los ‘populares’ de las Islas pueden ceder al partido de extrema derecha el senador de designación autonómica. Pero no quieren que ocupe conselleries; tal vez (pero eso se iría negociando) algún puesto de segundo o tercer nivel.Es decir, eso que Campos llamaba ‘chiringuitos’. Él mismo dirigió uno cuando Bauzá era presidente. El PP dio el visto bueno a la fecha de constitución de la Cámara que propuso Vicenç Thomàs. Y si todo falla, elecciones. En noviembre, mirando la Navidad.