El Rey durante la ronda de contactos con los líderes políticos. | Efe - Chema Moya

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Felipe VI dirime este martes un dilema con el cual jamás se topó su antecesor en el cargo. Es una prerrogativa del jefe del Estado designar a aquel nombre que deba asumir el reto de conformar Gobierno. No obstante, desde Zarzuela no se cansan de recordar que el monarca «no elige» ningún nombre como tal. Su misión, enmarcada en las líneas de la Constitución, se centra en designar a un candidato, aunque esa elección no es ni caprichosa ni tampoco arbitraria.

En base a la redacción de la Carta Magna, Felipe VI señalará a aquel que, a la vista de los resultados de las elecciones generales del 23-J, recabe más apoyos de forma estrictamente numérica. A quien genere un consenso mayor en el seno del Congreso de los Diputados. Este hecho choca frontalmente con algunos posicionamientos políticos observados en las últimas jornadas. Y es que el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha mostrado dispuesto a aceptar un eventual encargo del Rey para acudir a la cámara baja, e intentar una investidura que a todas luces se antoja fallida.

Nuevamente es una cuestión meramente matemática, puesto que los ‘populares’ apenas han logrado concitar el consenso de dos diputados lejos de sus propias siglas, el de Coalición Canaria (CC) y Unión del Pueblo Navarro (UPN). Bien es cierto que Vox puso a disposición de Feijóo su treintena de escaños y este mismo martes se ha mostrado proclive a apoyarle. No obstante, ya asistimos a un bandazo en este sentido la semana pasada, durante la designación de la Mesa del Congreso, cuando los de Santiago Abascal no apoyaron a la ‘popular’ Cuca Gamarra, y optaron por votarse a sí mismos.

La principal novedad con la cual se topa Felipe VI reside en que dos personas se postulan para ser propuestas a la investidura en el Congreso. Por si fuera poco, ninguno de los dos candidatos tiene ahora mismo los votos suficientes para alcanzar la condición de presidente del Gobierno. Este pasado lunes los nacionalistas canarios comunicaron al Rey que apoyarían una eventual investidura de Feijóo. Este martes se ha escenificado el pacto con una fotografía.

No obstante, fuentes del partido regionalista admiten que, en caso de confirmarse un eventual naufragio de Feijóo en el Congreso, el PSOE podría contar también con su ‘sí’. Para ello, claro está, deberán darse algunas circunstancias, entre ellas el cumplimiento de las partidas pendientes de los presupuestos de 2023 y la asunción como propias de las reivindicaciones de la agenda canaria. No obstante, numerosas voces políticas radicadas en la Meseta subrayan que los socialistas no deberían tener problemas para acordar con CC un posible acuerdo de cara a investir a Pedro Sánchez, siempre y cuando se escenifique de forma nítida que el líder ‘popular’ no logra sumar.

La jornada de este martes se antoja decisiva. Del apoyo de Abascal a Feijóo dependía que este último se encontrara más ‘solo ante el peligro’ que nunca desde las pasadas elecciones generales. El Rey no elige, tan solo ordena un panorama político muy atomizado. Arbitra un escenario en el que Feijóo apenas se tiene a sí mismo, y ni con Vox, CC y UPN alcanzaría la suma requerida de 176 escaños. Entre tanto, la mayoría progresista y plurinacional que encabeza Sánchez, escenificada con ocasión de la elección de la socialista Francina Armengol como presidenta del Congreso, espera la vez. Así discurre el tiempo, tratando de apartar el foco de una realidad algo incómoda; que Carles Puigdemont tiene la llave de la repetición electoral.