El sector advierte que falta una oferta formativa en viticultura en Menorca, ya que los programas se han dedicado al sector láctico. | Gemma Andreu

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La producción de Vi de la Terra Illa de Menorca se incrementó un 46 por ciento en 2023 respecto al año pasado según cifras del Instituto de Calidad Agroalimentaria de Balears. Estamos delante de la cifra de producción más elevada conseguida desde que se aprobó esta denominación de calidad, dentro de la Indicación Geográfica Protegida (IGP). Un momento realmente histórico si giramos la vista hacia atrás cuando hace treinta y cinco años se decidió apostar por la recuperación de este cultivo ancestral en el territorio. Un incremento que sigue la tendencia experimentada en los últimos años en Menorca, donde el sector vitivinícola ha vivido un constante auge en producción y también en ventas. Desde la Asociación de Productores de Vino de Menorca, que cuenta con once elaboradores asociados de los veinte que constan inscritos en el registro de productores, su actual presidente, César Palomino, director ejecutivo de la bodega Torralbenc, hace un balance muy positivo de este momento, pero reconoce que tienen por delante nuevos retos que habrá que afrontar para poder digerir todo este crecimiento.

RADIOGRAFÍA PRESENTE. Actualmente en Menorca se elaboran tres categorías de vino distintas, los vinos de la tierra identificados con el IGP Illa de Menorca, los vinos de la tierra con el IGP Illes Balears, y el vino sin denominación geográfica de calidad o también llamado Vino de España. La Isla cuenta actualmente con 152,5 hectáreas de viñedo (el 1 por ciento de la superficie de Menorca) disponibles para su vinificación entre las diferentes variedades de uva aceptadas para poder elaborar vino, de las cuáles la IGP Vi de la Terra Illa de Menorca concentra una superficie plantada de 84 hectáreas cuya producción supuso el año pasado 325 toneladas de uva con un volumen final de vino producido de casi 2.000 hectolitros.

Teniendo en cuenta que en 2022 estábamos hablando de 55 hectáreas y 1.356 hectolitros, el aumento ha sido de un 46 por ciento. Pero si nos vamos a las cifras totales entre las tres categorías de vinos que mencionábamos al principio, llegamos a los 2.242 hectolitros de los cuáles, el 88,4 por ciento corresponden a IGP Illa de la Terra Vi de Menorca, un 8,4 por ciento a IGP Illes Balears y el 3,2 por ciento restante para el vino sin indicación geográfica de calidad. De esta producción, el 50 por ciento corresponde a vino blanco, un 28 por ciento a vino tinto y un 22 por ciento a rosado.

CIFRAS. El sector productivo del vino en Menorca en cifras supone un impacto económico aproximado de dos millones de euros, sin contar el recorrido de lo que supone económicamente sus ventas a nivel de restauración tal y como explican desde la Asociación de Productores de Menorca.
Los doce elaboradores que forman parte de la entidad ocupan una superficie de 124 hectáreas, generan un empleo de unas 55 personas al año y en 2023 produjeron unas 275.000 botellas cuya producción lleva camino de duplicarse teniendo en cuenta las hectáreas disponibles que irán entrando en producción. Actualmente forman parte de la entidad las bodegas Alparico, Binifadet, Binitord, Hort de Sant Patrici, Torralbenc, Torralba, Morvedra, Sa Forana, Sa Cudia, Sa Marjaleta, Son Cremat y Santa Catalina, un proyecto de origen francés ubicado en Binidalí con una superficie de 8 hectáreas y una producción de 30.000 botellas.

Bodegas de Menorca
El director técnico de Torralbenc, César Palomino preside la asociación de productores desde 2022.

MANO DE OBRA. Uno de los grandes retos para digerir todo este crecimiento en las bodegas menorquinas está siendo la falta de mano de obra que se produce también en otros sectores económicos de la Isla, un déficit que se percibe como una amenaza para el futuro desarrollo empresarial en términos de viabilidad y rendimiento. En sentido, el presidente de la Asociación de Productores, César Palomino, explica que en plena era tecnológica, los trabajos de campo pueden ser vistos por parte de la gente más joven como poco atractivos, ya que suponen una labor manual en muchos casos y a la vez, un esfuerzo físico. Otro de los vectores es la falta de una oferta formativa reglada en viticultura y enología en Menorca, ya que los programas han estado más orientados al sector láctico y ganadero.

«Nos gustaría que desde las instituciones se invirtiera en este tipo de formación y por ello desde nuestra entidad, nos ponemos a disposición para ayudar en este tema para poder contribuir junto con el Consell Insular y el Departamento de Agricultura del Govern Balear al diseño de una preparación específica que inspire y motive a las nuevas generaciones, ofreciendo las herramientas necesarias y poniendo en valor el futuro que puede tener una persona joven que quiera dedicarse al mundo del vino», destaca Palomino.

VARIEDADES. Otro de los objetivos de futuro a nivel vitivinícola menorquín es la apuesta por la recuperación de variedades autóctonas, como un paso que se considera imprescindible para la diferenciación en el vasto mercado del mundo del vino. En este sentido, si las variedades aceptadas dentro de la Indicación Geográfica Protegida Vi de la Terra Illa de Menorca son para los vinos elaborados con las variedades blancas de chardonnay, macabeo, malvasía, moscatel de Alejandría, parellada y moll, y en las variedades tintas, cabernet sauvignon, merlot, monastrell, syrah y tempranillo, en estos momentos se está trabajando para conseguir que la garnacha blanca y tinta puedan ser incluidas. «Es un trabajo a largo plazo pero necesario para seguir competiendo en términos de calidad y posicionamiento de nuestros vinos en el mercado», añade Palomino.

CONSEJO REGULADOR. Otra de las asignaturas pendientes de la Asociación de Productores de Vino de Menorca es la creación de un Consejo Regulador de la Indicación Protegida del Vino, una entidad que actualmente no existe y que serviría, entre otras cuestiones, para poder reforzar la promoción que se hace habitualmente del vino así como obtener ayudas europeas y velar por el cumplimiento de la normativa vigente. Sin embargo, los productores menorquines consideran que actualmente todavía no se dan las circunstancias suficientes para su alumbramiento, ya que tendría que dotarse de una estructura de personal que no pueden asumir y al mismo tiempo necesitan el compromiso firme por parte de la administración que va a estar apoyándolo. En este sentido, tienen pendiente reunirse con representantes del Departamento de Agricultura del Govern Balear para poder abordar éstas y otras cuestiones.