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Meliá Hotels International y el Ajuntament de Calvià, a través de la Fundació Calvià 2004, magníficamente dirigida por Patricia Domínguez, han presentado la Sol Maratón Magaluf, una carrera que renueva la ya clásica maratón de Calvià, y que aspira a convocar en las calles y caminos de esta hermosa localidad a miles de corredores de toda Europa.

Los patrocinios deportivos son siempre un gesto positivo, pero en el caso de un maratón por Magaluf, el tema cobra una dimensión aún más interesante y social, ya que se trata de un destino muy castigado por el modelo de turismo hooligan, en las antípodas del turismo deportivo y de naturaleza que representa el maratón.

Queremos cambiar el modelo, y queremos hacerlo por consenso: por ello, aplaudo desde estas páginas la rápida reacción de las administraciones autonómica, con el presidente Bauzá y el conseller de Turisme al frente, y local, con la teniente de alcalde de Turismo como principales impulsores, junto con el apoyo firme e inestimable de nuestra delegada del Gobierno y el Foreign Office, para actuar de modo coordinado en los frentes legal (reforzando la prevención de conductas indeseables y endureciendo la respuesta contra ellas), administrativo (para evitar que los “empresarios” dedicados a tales prácticas se establezcan), y por supuesto, de seguridad y orden público, para evitar las vulneraciones que vienen conduciendo, de unos años a esta parte, a hechos aberrantes relacionados con el alcohol, las drogas, la prostitución y delincuencia callejera, los excesos de aforo y ruidos, o el tristemente célebre fenómeno del balconing.

Estoy seguro de que, si preguntáramos a todos y cada uno de los residentes sobre el Magaluf que desean, el 99% aspiraría a un municipio turístico de éxito, con visitantes de mayor poder adquisitivo y que distribuyan su gasto en el destino , y no solamente en un todo incluido o en “forfaits” para excursiones etílicas; un Magaluf limpio de vómitos y borrachos por las aceras, en cuyas calles y playas disfruten las familias, los jóvenes y las parejas. Perpetuar el modelo hooligan solo interesaría a ese 1% beneficiado por estas actividades, que no revierten en inversión ni redistribución de renta para el destino, y ello nos permite afirmar que existe el suficiente consenso para que a ninguna administración le tiemble el pulso a la hora de aplicar las medidas preventivas y correctoras acordadas.

Y otra cosa, ¿han pensado el “morbo” que tendrá para la prensa internacional el verano 2015 de Magaluf? Les aseguro que, aun en el caso de que la policía tuviera que intervenir a diario en Punta Ballena, esta publicidad sería más favorable que ver cómo televisiones y diarios del mundo entero recogen a diario los mamadings, balconings y demás “ings” que se les ocurra promover a unos cuantos empresarios descerebrados.

No podemos arriesgarnos, y lo que es más importante: mostrar nuestra firmeza nos daría credibilidad para vender otro Magaluf, el Magaluf sostenible y socialmente rentable por el que, nuestra empresa y otros muchos, estamos luchando.