El poeta y escritor Pau Vadell, en Palma. | Jaume Morey

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Alda Merini (Milán, 1931-2009) fue un nombre habitual en la quiniela de los Premios Nobel de Literatura y su talento precoz fue alabado por muchos, incluido Passolini, quien confesó estar desarmado ante su «monstruosa intuición» y su extraordinaria prematura calidad poética. Su vida –y su obra– estuvo marcada por las idas y venidas, durante dos décadas, de un hospital psiquiátrico, algo que queda perfectamente recogido en L’altra veritat. Diari d’una diferent, que el sello mallorquín Adia, comandado por el también poeta Pau Vadell, acaba de publicar. La traducción, como no podía ser de otra manera, la firma la ibicenca Nora Albert (pseudónimo de Helena Alvarado), fallecida el pasado mes de diciembre.

De hecho, es gracias a Nora Albert que la italiana se pudo empezar a leer en catalán, gracias a su traducción de Balades no pagades, que publicó en 2012 Curbet Edicions y que, en 2019, recuperó Adia. De Merini también tradujo La Terra Santa, para el sello menorquín Arrela (2016) y Buidor d’amor, para la ibicenca Edicions Aïllades (2021). Este último le valió el Premi Rafel Jaume dels Premis Cavall Verd en 2022.

Híbrido

Según Pau Vadell, a pesar de que el volumen forma parte de la colección Pedreny dedicada a la narrativa, L’altra veritat «es un híbrido entre narrativa y diario, en el que explica su estancia, en los años 60 y 70, en un manicomio, pues en aquella época no se hablaba de psiquiátricos, sino de manicomios». «Tal y como ella misma cuenta al principio del libro, la primera vez que entró en uno era muy joven, pero ya tenía dos criaturas y había publicado cuatro libros. Fue su marido el que la internó. También cuenta episodios muy duros, de gran dolor y desesperación, como los tratamientos con electroshock y cómo esto se normaliza, formando parte de la rutina. Vemos cómo los atiborran a pastillas, cómo los convierten en drogadictos, llegándoles a hacer creer que si no se toman los medicamentos van a morir», detalla.

Sin embargo, además de dolor, apunta Vadell, en esta obra también hay amor: «Ella explica que se volvió loca dentro del centro y, de hecho, allí se enamoró. El hecho de sus salidas y entradas en un psiquiátrico a lo largo de los años se refleja muy bien en su poesía, donde aborda esa dualidad de dolor y desesperación con amor». A parte de la vivencia personal, señala el editor, lo interesante es «cómo narra a sus amigos todos estos episodios y anécdotas, a menudo también con ternura».
De esta manera, con L’altra veritat rinde un doble homenaje: a la traductora Nora Albert y a la autora italiana.