La poeta Sonsoles Hernández. | R.C.

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Sonsoles Hernández, poeta y profesora titular de Historia del Arte de la Universitat de les Illes Balears (UIB), presenta esta tarde a las 19.00 horas en Rata Corner su segundo libro, Sobrevivir al hábitat, publicado por la editorial Trea. Estará acompañada por la también poeta Ruth Miguel.

El nuevo poemario de Hernández es un trabajo que indaga sobre la idea del viaje como metáfora de reconstrucción vital y está dividido en tres partes. La primera es la caída, donde abundan imágenes de enfermedad, frío y dolor, la segunda es la huida y la tercera es el regreso transformador, convertido en una forma de epifanía en el poemario.

El tono de los poemas del libro es contenido, y está expresado mediante versos destilados y breves en los que se percibe el esfuerzo consciente del lenguaje para alcanzar esa precisión estilística. «Lucho por simplificar las cosas, son textos muy esenciales. No soy de poemas extensos, me salen antinaturales; noto repeticiones y no me gusta el ritmo. La poesía que me gusta leer no es demasiado narrativa», explica Hernández.

Respecto a la forma de organizar el poemario, la autora reconoce que primero escribe los poemas de forma natural sin pensar en que libro acabarán formando parte. Cuando tiene suficientes, los agrupa para reflexionar el camino que establecen. Así, son los propios poemas los que configuran el libro y no al revés. «Al confrontarlos, me di cuenta de que tenía un poemario que se organizaba sobre la temática del viaje, personal y físico, de forma metafórica», detalla Hernández.

El volumen está encabezado por una cita de la poeta norteamericana Silvia Plath, que deja clara las proximidades estilísticas de la autora, pese a que señala que admira a Pizarnik y Plath, pero «me veo más próxima estéticamente a escritoras como Idea Vilariño e Ida Vitale, por hablar de autoras del cono sur como Pizarnik».

Académica

De la relación que se establece entre su vertiente académica y la poética, Hernández concreta que ambas confluyen y se relacionan mediante el placer de la escritura, más que por la temática que abordan sus libros. «Escribo de forma cómoda. Me siento a gusto delante de la pantalla o el folio. Es un momento de introspección personal», a la vez que señala que en sus ensayos, pese a que tienen un claro componente académico, intenta cuidar la prosa. «En Vidas excitadas, por ejemplo, comienzo cada capítulo con un pequeño texto introductorio en prosa poética», apostilla Hernández, que está de doble enhorabuena; la editorial Abada acaba de reeditar su ensayo Un martes en casa de Mallarmé. Redon, Debussy y Mallarmé encontrados, con el que ganó el Premio Dámaso Alonso 2009 de la Universidad Complutense y que recoge alguno de los intereses principales de la autora, como son la cultura francesa del XIX, en particular, y de la modernidad en general.

Entre sus próximos proyectos literarios destaca que está terminando un nuevo poemario, el tercero, que hace tándem curioso con su ensayo Vidas excitadas, donde plantea la movilización de la sensibilidad en la cultura moderna.