El escritor Sebastià Alzamora publica nueva novela en marzo. | Jaume Morey

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La nueva película de Christopher Nolan sobre el padre de la bomba atómica, Julius Robert Oppenheimer (papel que interpreta Cillian Murphy), ha conquistado crítica y público. Tras arrasar con cinco Globos de Oro hace apenas una semana, la cinta ha vuelto a llevarse una buena tajada de premios en los Critic Choice, con nueve galardones.

Pero, ¿qué relación guarda el padre de la bomba atómica con Mallorca y, más concretamente, con Santa Margalida? La respuesta es el poema épico Bhagavad Gita y ha sido el reconocido escritor de Llucmajor Sebastià Alzamora (1972) quien ha hallado esta increíble conexión entre el intelectual mallorquín y el físico americano. Sobre ello hablará este miércoles a las 18.30 horas en la Biblioteca Pública Can Sales de Palma como parte del ciclo Biblioteca d'escriptors.

«Mascaró es, de entrada, un místico, pero también tenía mucho interés por la ciencia y algunos de sus amigos en Cambridge eran grandes científicos. Pero es que además Oppenheimer también estaba muy interesado en los conocimientos humanísticos. Es decir, ambos eran sabios con una perspectiva totalizadora o integral. Oppenheimer había estudiado sánscrito y leído el Bhagavad Gita, obra cumbre del hinduismo a la que Mascaró dedicó toda una vida de traducción, lectura y divulgación».

De hecho, señala Alzamora, en el filme hay un momento en el que se ve a Oppenheimer leyendo este poema». Asimismo, destaca que la frase «ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos», que pronunció el físico una vez finalizada la prueba nuclear realizada en Los Álamos el 16 de julio de 1945, es un verso que procede precisamente del célebre poema.

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«Esto llegó a oídos de Mascaró y le causó una gran impresión. Él seguía con mucha atención el proyecto, aunque era un pacifista integral y todo lo que tuviera que ver con nuevas formas de hacer guerra le disgustaba mucho, pero también le interesaba, como sabio que era», razona.

«Lo curioso es que Oppenheimer también era pacifista, un hombre de izquierdas, pero, y esta es una de las premisas de la película y del libro en el que se basa, acaba creando un arma capaz de destruir el mundo. Sin embargo, él creía que un arma así disuadiría a la especie humana. Lamentablemente hemos comprobado que no ha sido así para nada», detalla.

Con todo, para el escritor es interesante la ambigüedad que se refleja en el largometraje. «Como científico, se le dispusieron las mentes más brillantes de Estados Unidos y todos los recursos para que pudiera trabajar en el proyecto. Es por ello que acaba sucumbiendo. Además, también estaba otra cuestión muy urgente: los nazis también estaban construyendo una bomba atómica y era necesario ir por delante de ellos», produciéndose también una carrera armamentística como ya la hubo para la llegada a la Luna. El final, es sobradamente conocido.

«La cinta muestra toda esa complejidad de la historia de Oppenheimer, quien pasó de ser una especie de héroe a ser perseguido por el Comité de Actividades Antiamericanas acusado de ser comunista y, en consecuencia, un traidor», concluye Alzamora, que en marzo publicará con la editorial Proa su nueva novela, El Federal, ambientada en la insurrección republicana de 1869 en el Empordà.