La actriz Carme Serna ha ganado el prestigioso Premi Mercè Rodoreda de cuentos con su debut, 'Perdona'm per desitjar-ho tant'. | Jaume Morey

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El confinamiento significó un abrupto parón obligado para la gran mayoría de artistas. Fue en ese momento, hace ya tres años, cuando la actriz Carme Serna (Palma, 1981) decidió empezar un curso de escritura virtual en el Ateneu Barcelonès.

«Siempre he escrito, desde niña, pero es cierto que nunca le di mucha importancia. Simplemente era algo que me divertía, porque me encanta jugar con las palabras y experimentar con ellas, por puro placer personal y no tenía la necesidad de compartirlo. Cuando llegó la pandemia, sin embargo, me quedé sin trabajo y pensé que era una buena idea apuntarme a algún curso para aprender la técnica de la escritura. Me lo tomé sin presión, como un autorregalo. En el segundo año aposté por el itinerario dedicado al género de los cuentos», recuerda Serna, que tiene como referentes títulos como La meva Cristina i altres contes, de Mercè Rodoreda -«mucho mejor que sus novelas y uno de los mejores libros de cuentos que he leído nunca», Corre, pare, corre, de la surcoreana Kim Aeran, o la artista multidisciplinar Miranda July.

Disfrutó tanto el primer curso que continuó con un segundo y un tercero. El resultado es Perdona’m per desitjar-ho tant, un debut literario que le ha valido el prestigioso Premi Mercè Rodoreda de cuentos. Se trata de una compilación de 16 relatos que, según confiesa la autora, se corresponden con los ejercicios que realizó para el Ateneu. El libro verá la luz el próximo mes de febrero de 2024 con la editorial Proa.

Los cuentos, aunque pueden leerse de forma independiente, «están enmarcados por las relaciones familiares, de pareja o de amistad». «Son vínculos muy estrechos y fuertes, a la vez que también son bastante complejos. El objetivo es, precisamente, adentrarse en la complejidad de las relaciones humanas», afirma, a la vez que insiste en que «no quería que fuera simplemente una recopilación de relatos, como un popurrí, sino que tuviera un sentido y una coherencia».

En concreto, detalla, hay algunos que se ambientan en la época de la infancia, otros en la adolescencia y unos pocos en la madurez. En todos ellos, además, el concepto de deseo es clave. «La palabra ‘deseo’ está encendida siempre en los personajes, en el subtexto de los cuentos. En el libro, a nivel general, se respira ese término. Si tuviera que resumir la obra en una palabra, sin duda sería esa, por eso la coloqué a conciencia en el título», añade.

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Un título que, dicho sea de paso, remite también a la culpa. «Podemos desear cosas muy feas a los demás. En ese sentido, son historias que transitan por lugares de mucha oscuridad. Y es que el deseo puede ser un fuego que puede iluminar, pero también quemar. Así, en el libro hay ambas cosas: esa luminosidad y, a la vez, algo macabro. Pero es que la escritura también es aventurarse en la oscuridad de las personas».

El deseo y la culpa evocan esas «cosas incorrectas moralmente que anhelamos» y que forman parte de la tradición católica. «Algunos relatos indagan en la sexualidad no convencional o que no está tan aceptada socialmente. Si bien es verdad que no son propiamente religiosos, sí que reflejan en cierto modo la moral católica que tanto hemos heredado».

Teatro

Justo después de recibir en el Teatre Nacional de Barcelona el Premi Mercè Rodoreda, la autora estrenó en el Espai el Tub de Palma la nueva obra de la compañía La Mecànica, Odissees. En ella, Serna es ayudante de dramaturgia y dirección junto a Pau Bachero.

Según explica, es una propuesta de «teatro inmersivo y de nuevos lenguajes» que responde a una «creación colectiva». El estreno en El Tub fue todo un éxito, pero el mes que viene realizarán una residencia en el C.IN.E de Sineu –en un convenio con el Teatre Principal de Palma– para «mejorar» el montaje.

«La pieza está dirigida solamente a 50 espectadores, que tienen que bajarse una aplicación móvil, Kalliopé 2, que hemos creado junto a los programadores y con la colaboración de La Fura dels Baus, para reflexionar sobre las adolescencias», aclara. «Proponemos un viaje por una especie de instalación en un espacio teatral con dos actores, Sienna Vila y Joan Maria Pascual».