Enrique Juncosa, Jorge Fernández y José Hila, en la ceremonia. | Pilar Pellicer

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La entrega de los Premis Ciutat de Palma 2022 sigue dando de que hablar. Concretamente lo ocurrido con los Premis Joan Alcover de Poesia, valorado en 12.000 euros, que recayó en manos de Jorge Fernández Gonzalo por su poemario Ecogrames, y con el hecho de que el Premi Llorenç Villalonga de Novel·la, el más importante económicamente dotado con 26.000 euros, quedara desierto.

El Villalonga de Novel·la, según ha podido saber Ultima Hora, recibió un total de 70 propuestas, no obstante el jurado optó por declararlo desierto no sin discusión, ya que la decisión se tomó por mayoría en una votación final en la que no se alcanzó la unanimidad del tribunal formado por Sebastià Perelló, BegoñaMéndez, Antoni Arencón, Marina Alonso de Caso y Francesc M. Rotger.

Valoración

El que sí se dio, el Joan Alcover de Poesia, fue escogido de un total de 115 poemarios y el jurado se decantó por Ecogrames debido a la «luminosidad del libro, con imágenes naturales y biológicas muy potentes». También se destaca el hecho de «la utilización del versículo» y de «un planteamiento muy original donde conjuga primera y segunda persona».

Hasta ahí, todo bien. La polémica saltó cuando se supo, como declaró el propio autor a este diario, que la obra no era original en catalán, sino que fue traducido del castellano. Ante esto, la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (AELC), presidida por el autor mallorquín SebastiàPortell, emitió un comunicado en el que expresaba «preocupación» ante el hecho de que «una obra no escrita originariamente en catalán» gane el premio, algo que califican de «insólito» y que «podría contravenir las bases y atentar contra un objetivo del galardón: el reconocimiento y la promoción de la literatura catalana».

Portell, por su parte, declaró a este medio que «tenemos un respeto escrupuloso por la decisión del jurado», no obstante critica que las bases del premio podrían llevar a confusión al explicitarse que pone «escritas en catalán», algo que ellos entienden como que es la lengua utilizada a la hora de crear la obra y no la empleada en la presentación final de la misma. En cualquier caso, Portell hace hincapié en que «el problema no es la calidad» del poemario, sino el «desafortunado mensaje» que se envía a otros escritores en lengua catalana y anima al Ajuntament a «investigar el caso y ser claros». Por otro lado, Portell también aprovecha para hacer extensible una reivindicación que la AELC lleva años reclamando: «Que se diga en las bases la editorial que publicará la obra ganadora».

Antoni Noguera, regidor de Cultura de Cort y responsable político de los premios, declaró a este periódico que «un jurado profesional consideró Ecogrames la mejor de las 115 presentadas y que esta era inédita y escrita en catalán, algo que se ajusta a las bases», como se ha mencionado antes ya que, como se ha dicho, aunque el original es en castellano, la obra remitida estaba traducida. En cualquier caso, Noguera se abre a que «el año que viene se cambie lo que se tenga que cambiar en las bases» y a «especificar que sea una obra escrita originariamente en catalán» si así lo reclaman las entidades y el sector, pero también recuerda que otros premios, incluido el de Salvador Iborra de la Aelc, «tienen las mismas bases que el Ciutat de Palma de este año». En cuanto al de Novel·la, Noguera explica que el Ciutat de Palma «también debe tener una exigencia».