Una de las imágenes más icónicas de la película de Steven Spielberg.

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40 años después del estreno de Tiburón, la primera obra maestra de Steven Spielberg, su huella sigue presente entre de los amantes del suspense.

«Toda una generación quedó contagiada por Tiburón», asegura Arturo Cadenas, profesor del CESAG. «El terror de esta película llega por la forma que tiene Spielberg de colocar la cámara: primero, tomas submarinas, y después, a ras de agua, para estar en la misma posición que la persona que está nadando. Con el primer ataque ya despierta el temor a aquello que no sabes dónde está», explica.

La decisión de sugerir al escualo, pero no mostrarlo, fue la solución que encontró el director a unos problemas técnicos: los tiburones construidos para el rodaje no estaban preparados para recibir las inclemencias del mar, así que se oxidaban y hundían continuamente.

Spielberg, por aquel entonces un prometedor proyecto de cineasta que había destacado en El diablo sobre ruedas y dirigido un episodio de la mítica serie Colombo , pasó de cero a héroe entre las fauces de rey del mar. Aunque no hay planes firmes de un reestreno en la Isla, la película sí se podrá ver en 500 cines de EEUU este verano.