Jaume Deyà y Pablo Galera, junto a la ‘alfabia’ hallada en Almallutx durante esta campaña.

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La arquitectura y la organización del asentamiento islámico de Almallutx, hallado en 2012 bajo las aguas del Gorg Blau (Escorca), hace pensar a los arqueólogos que se planificó y se construyó como un entramado urbano, pero «en un lugar inhóspito y rural» , como es la Serra.

Jaume Deyà, director de la excavación junto a Pablo Galera, afirma que «no eran cuatro refugiados, pese a la concepción que hoy se pueda tener. Los islámicos se establecieron y organizaron pensando en resistir, en aguantar a largo plazo, hasta que vinieran refuerzos de Murcia y el norte de África». Ello se concluye a partir de los restos hallados. Aquella ayuda nunca llegó.

Con la campaña arqueológica clausurada, el arqueólogo Jaume Deyà apoya esta tesis de la planificación urbana, a raíz del descubrimiento ya de «dos cementerios, una mezquita de grandes dimensiones» y un gran conglomerado de casas básicas y rectangulares, pero amplias, que contaban con dos o tres estancias para distintos usos y un patio.

En una de esas habitaciones de una casa se han localizado hasta veinticinco piezas. La más espectacular es una gran alfabia de un metro de alto y 50 centímetros de diámetro, «la única entera que se conoce en Mallorca».