El artista muestra sus libros durante la presentación.

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Las piezas artísticas de Florit Nin (Ciutadella, 1960) nos invitan a asumir también el rol de lector dentro de una galería. Sus libros, en los que la palabra acompaña a la imagen o viceversa, son «objetos con finalidad propia», «no laboratorios de ensayo para obras mayores». En los 34 que se exhiben bajo el título de Els llibres pintats desde hoy, a las 20.00, en el espacio Joan Oliver 'Maneu' (calle Montcades, 2, de Palma) conviven los elementos vegetales y la figuración, aunque cada pieza tiene «una unidad temática, de procedimiento y técnicas».

Envejecidos y usados. Ese es el aspecto de estos libros claramente influidos por la técnica oriental wabi sabi («consistente en remarcar la estética de las cosas usadas»). «Las cosas impolutas siempre dan la imagen de mírame y no me toques; los libros no tienen que ser así», explica el artista menorquín, quien apunta en la mayoría de las piezas reflexiones propias generadas «siempre a partir de la imagen y no a la inversa», pero también fragmentos de poetas como Pessoa o de grandes pensadores como Zygmunt Bauman.

El pintor utiliza el graffiti, pintura acrílica, acuarelas, tintas, lápiz o el betún de judea sobre un «papel artesanal» para presentar sus «historias gráficas», como Apopeia d'arbre , donde plasma cada mínimo detalle de la naturaleza después «de una mirada más atenta», o Arborescent , un libro de 24 dibujos «sencillos» en los que «los cuerpos se vuelven árboles, raíces o troncos para explicar la relación del cuerpo con la tierra», explicó Florit Nin.

La exposición se complementa también de un cuadro de gran formato, en el que el artista sigue vinculando los elementos vegetales con la figura humana.

Todas las obras de esta exposición, que podrá visitarse hasta 15 de marzo, se han recogido en un catálogo, el número 16, de la colección Artib que edita la Conselleria d'Educació i Cultura del Govern.