La Orquestra Simfónica de Balears puso música a la noche, bajo la dirección de Karl Sollak. Foto: PILAR PELLICER

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El patio del Castell de Bellver se convirtió ayer por la noche en un privilegiado refugio donde disfrutar de algunas de las mejores voces de la ópera actual. Unas 600 personas asistieron al concierto Las grandes estrellas operísticas en Bellver, organizado por la Asociación Austríaca de Amigos de Mallorca (AAAM). La actuación sirvió para rendir homenaje a los dos policías asesinados el jueves en Palmanova.

La Asociación celebra este año su XV aniversario, con lo que en esta ocasión el evento anual contó con el «mejor programa» hasta la fecha. Con las entradas agotadas desde hace días, el maestro Karl Sollak dirigió al tenor Johan Botha -uno de los intérpretes más reconocidos a nivel mundial-, a la soprano Aga Mikolaj, al barítono Bernd Weikl y al bajo Kurt Rydl. Los cantantes estuvieron acompañados por la Orquestra Simfònica de Balears.

La primera parte del repertorio fue un encuentro entre las partituras alemana e italiana, ya que contenía piezas de distintas obras de Wagner -Lohengrin, La valquiria, El holandés errante, entre otras- y de Aida y Don Carlo, de Verdi. Después de la pausa los asistentes gozaron de las estrofas de El barbero de Sevilla, Otelo o Turandot.

Antes de que sonara la música, el presidente de la AAAM, Josef Egger, leyó un texto en el que quiso «dedicar este concierto a las víctimas del terrorismo y a sus familias». Después, la violoncelista Marta Hatler hizo sonar El cant dels ocells, de Pau Casal, mientras el público recordaba en silencio a las dos últimas víctimas de ETA. A pesar de que estaba previsto en el programa, finalmente no se sirvió la habitual copa de cava durante el intermedio. Además, los organizadores decidieron sacar del repertorio la composición que debía cerrar la noche, perteneciente a La Traviata. Se trataba de una pieza con toque alegre y festivo.

En el patio de butacas, como suele pasar en los actos organizados por la Asociación, se juntaron tanto los amantes de la ópera locales como muchos extranjeros. Todos ellos disfrutaron de la mejor ópera en un entorno envidiable.