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«Me atrae la idea del vacío y trabajar desde la organicidad conjugándola con la tecnología, crear una especie de laboratorio transitable donde nada permanece estable». Así define la artista mallorquina Mónica Fuster su nueva exposición, Raons Foradades, que divide en los dos espacios de la galería Maior, en Palma y en Pollença.

La artista conjuga sus trabajos de los últimos tres años en las dos galerías y los presenta por primera vez en la Isla. Alterna las proyecciones con las esculturas y los dibujos y adelanta su próximo proyecto sobre la levitación con la obra Diez onzas contra la fuerza de gravedad.

En Pollença, cuya exposición se inauguró el pasado 11 de marzo, Fuster expone Dulce Antropofagía, realizado a partir de una propuesta sit-specific mediante varias toneladas de chicle; Sad Trees, que consiste en una videoinstalación donde el cristal es la materia principal, y Andvarp, un proyecto que varía con la acción del aire y que Mónica Fuster desarrolló en Islandia en la isla de Videy.

El eje central de la exposición de Pollença es la escultura «y me valgo del vídeo para dar dinamismo a las piezas», dice la artista. En Sad Trees Fuster alterna las esculturas realizadas en diferentes estados del cristal con la proyección que ha realizado con la colaboración de Pedro Tous, y «que es una herramienta más con la que he creado una pieza que complementa las lecturas de las esculturas», y con una serie de tintas chinas que están inspiradas en los bosques donde se exponen las esculturas de cristal.

Como complemento a la exposición de Pollença, Mónica Fuster presentará este sábado en la galería Maior de Palma tres proyectos gráficos que se retroalimentan mutuamente entre los que destaca Rara Avis porque «es el trabajo más importante y más reciente que expongo y que realicé en Madrid».

Junto a los tres proyectos también se darán a conocer tres películas de animación sincronizadas cuya temática se comparte con la obra gráfica.

Fuster participó en la pasada feria de Arco.