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JOAN CASTELLS

La conjunción de los elementos clásicos y contemporáneos se dan la mano en la adaptación de «Don Giovanni» preparada por el Ballet de Zaragoza, un espectáculo en el que la dirección artística ha combinado la música de Wolfgang Amadeus Mozart con la de Astor Piazzolla. La pieza podrá verse mañana en el Auditòrium de Palma.

Para esta adaptación del clásico «Don Juan», muy representado en teatro pero no en danza, la compañía ha contado con la ayuda del coreógrafo Olaf Schmidt. La dirección artística ha recaído en Patsy Kuppe-Matt. Como explicó Kuppe-Matt, la historia «se acerca más a la hecha por Mozart que a la de Zorrilla», destacando la perfecta unión del compositor clásico con «el Mozart del Tango, Astor Piazzolla».

Kuppe-Matt precisó que «es casi imposible notar los cambios musicales de un compositor a otro. El tango es una música muy sensual y en la representación se identifica con las emociones surgidas en el trato con don Juan». La figura del caballero tal vez «tenía mejor fama en otras épocas», denotando la vigencia de este personaje. «A mí no me impresionen nada los don Giovanni de hoy. Ahora se les mira con una sonrisa, pero el maltrato psicológico del que era sigue hoy en día. La emancipación de la mujer y los constantes maltratos es un paralelismo directo con don Juan». La mujer consigue un protagonismo y una proximidad emocional con el público al mismo nivel, si no superior, que el de don Juan.

En la pieza, la emancipación de la mujer se refleja en el cambio que las protagonistas experimentan. Separadas inicialmente «por una competición por el amor del galán», al final se unen dejando a don Juan «solo con su muerte». «Éste es el punto de reflexión, siendo un hecho no común que la danza también cuente historias».