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«La música de Mompou es para la intimidad, para uno mismo». Así resumía ayer la pianista Carmen Bravo, viuda de Frederic Mompou, la música compuesta por su esposo que unas horas más tarde, por la noche, interpretaría en el Teatre Municipal junto a la soprano Atsuko Kudo, en un concierto homenaje organizado por el Ajuntament. En el programa, una amplia selección de temas que abarcaban diferentes etapas de la labor creadora del artista, desde «Escenas de niños», una composición del Mompou «muy joven», hasta «Música callada», «lo último que escribió y que él prefería, un sonido muy abstracto con un lenguaje muy evolucionado y profundo», hasta canciones escritas por encargo para la ciudad de Sevilla sobre poemas de Becquer u otras sobre textos de Clara Janés, su biógrafa; Mossen Pere Ribot o San Juan de la Cruz, «fruto de lecturas comunes», apuntó Carmen Bravo. «Mompou tuvo siempre un sentimiento de buscar la pureza de la idea, la espontaneidad, presentar la idea en su más descarnada realidad», apuntó, mientras que Atsuko Kudo añadió que le gusta cantar a Mompou «porque es una música muy sincera que viene del corazón, muy espiritual, él ha expresado lo que sentía».