La candidata a lehnedakari por Sumar, Alba García,junto a los también candidatos a las elecciones autonómicas Iñigo Martínez y Carmen Martínez. | Europa Press - EUROPA PRESS

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La candidata a lehendakari por Sumar, Alba García, ha defendido la necesidad de un pacto vasco de salarios materializado en «un acuerdo inetersectorial entre sindicatos y empresarios», y ha reivindicado la reducción de jornada sin rebaja salarial. Además, ha propuesto una nueva estrategia vasca para la transición energética porque la ley vasca de transición energética, «aprobada con muchísimas prisas electorales por el Gobierno Vasco», plantea «más incertidumbres que certezas».

En un desayuno en Forum Europa celebrado este viernes en Bilbao, la candidata ha expuesto algunas ideas y propuestas de Sumar sobre economía y empresa con «un objetivo claro de prosperidad, riqueza compartida y defensa del diálogo social».

Además, ha realizado un repaso a la actual coyuntura económica y sus retos en el ámbito mundial, para defender que «la condición de crisis permanente» actual «obliga a estrechar la relación entre estado y tejido empresarial». «Tenemos que seguir creando riqueza, tenemos que seguir defendiendo el papel clave de los agentes sociales y tenemos que proteger la capacidad de compra de las familias», ha dicho.

Posteriormente, se ha referido a la coyuntura en Euskadi, que parte de «una situación ventajosa», con «una cultura industrial muy desarrollada», lo que «hace estar mejor preparados que otras zonas de España para enfrentarse a escenarios cambiantes».

No obstante, ha lamentado que el peso de la industria se ha reducido a la mitad del PIB en la Comunidad Autonóma y ha pasado del 40% de la década de los 50 al 20% actual. Según ha añadido, la solución por la que, en gran medida, se ha optado «es la misma que en otras zonas del Estado: el turismo y los servicios».

Dumping fiscal

También ha destacado que las «grandes empresas están trasladando sus sedes a Madrid» y, ante este hecho, ha advertido de que Sumar no puede «tolerar el dumping fiscal que se hace desde Madrid» y que «afecta a la capacidad productiva vasca». «Tenemos aquí un frente común que debemos defender», ha reclamado.

Alba García ha apuntado que la tasa de actividad emprendedora en Euskadi es más baja que la del resto del Estado y se ha preguntado por las causas por las que el número de autónomos y de pymes «sigue descendiendo año tras año».

Por otra parte, aunque ha admitido que la inversión de I+D+I en Euskadi es «más alta que en la mayoría de comunidades autónomas», ha apuntado que no llega al 3% del PIB marcado por la Comisión Europea para 2030.

«Hay 42 regiones en Europa con una inversión superior a la nuestra. Esto tiene una causa muy clara: políticas desfasadas y poco ambiciosas por parte del Gobierno vasco», ha dicho.

Propuestas

Ante esta situación, Sumar defiende «una apuesta decidida desde lo público» por el tejido empresarial y, a la vez, que las empresas «apuesten cada más por las buenas condiciones laborales, por el estado del bienestar y por la transición energética», objetivo en el que pueden contribuir «los fondos europeos y las políticas fiscales» mediante la ayuda a «la generación, consolidación, tecnologización y expansión de iniciativas empresariales para la economía en la Euskadi del siglo XXI».

También ha reivindicado empresas en las que los salarios «y, sobre todo, los más bajos» se adecuen al PIB per cápita de vasco y, en este sentido, ha defendido «la necesidad de un pacto vasco de salarios, de un acuerdo intersectorial entre sindicatos y empresarios para la subida salarial».

Además, ha defendido la conciliación en las empresas porque Sumar, «con el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz al frente», tiene «muy presente la necesidad de tiempo para la vida». «Por eso, estamos comprometidas con la reducción de la jornada sin reducción de salarios. El incremento de la productividad, más aún en un contexto de transformación digital, debe encaminarse a mejorar la vida de las gentes trabajadoras y no al revés», ha dicho.

En el objetivo de lograr unas empresas «en las que se conjugue la competitividad con el bienestar social», ha afirmado que «en esto, las instituciones y la inversión pública tienen un papel clave». «Tenemos oportunidades, y hay que aprovecharlas, pero para ello debemos evitar caer en una autocomplacencia que creemos que ha lastrado la ambición de las políticas del gobierno vasco», ha defendido.

Transición energética

En el capítulo de transición energética, la candidata a lehendakari por Sumar, ha destacado su «apuesta firme por una transición ecológica justa» porque no se puede «seguir pensando en soluciones cortoplacistas, con poca visión de futuro». En este punto, ha indicado que Euskadi es la comunidad autónoma con menos proyectos de energías renovables en tramitación, el 0,25% de las iniciativas, «y, por tanto, con mayor dependencia energética».

«La potencia energética renovable instalada en Euskadi nos sitúa a la cola en comparación con el resto del Estado. Y eso es malo para nuestro tejido productivo», ha añadido.

En este contexto, ha afirmado que la ley de transición energética, «recientemente aprobada con muchísimas prisas electorales por el Gobierno Vasco», plantea «más incertidumbres que certezas» ya que «no responde a las necesidades y urgencias a las que hay que hacer frente, sino que favorece un marco retardista». «Retrasar las políticas climáticas implica retrasar la adaptación de las empresas vascas a la transición climática», ha añadido.

Frente a ello, ha asegurado que Sumar apuesta por una «nueva Estrategia Vasca para la Transición Energética» consensuada con todas las fuerzas políticas y en la que deben participar «en cuya elaboración han de participar todos agentes sociales, instituciones, empresas y sindicatos, pero también los municipios y las organizaciones ecologistas».

Para ello, ha reivindicado una política de comunicación «para que el desarrollo de las energías renovables sea transparente y la información llegue a todos los territorios en los que se vayan a desarrollar proyectos», cooperación «para que el despliegue de las renovables se haga contando con los territorios», y compensación, «para mitigar las externalidades negativas del desarrollo de estos proyectos».

La Estrategia Vasca para la Transición Energética a la que aspira Sumar «promoverá los cambios legislativos necesarios para acelerar el uso de energías renovables, el fomento del autoconsumo colectivo y el impulso a las comunidades energéticas» para iniciar «un proceso de reindustrialización verde» y «convierta a Euskadi en un motor industrial renovable europeo que cree 30.000 nuevos empleos en los sectores del futuro».

También conseguiría «alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable en 2030 y un sistema energético 100% renovable, eficiente e inteligente en 2040».

Alba García ha enumerado otras propuestas de Sumar, entre ellas, la puesta en marcha de «un plan de impulso para microempresas y autónomos, con ventanillas únicas de información para facilitar gestiones e implementar prácticas de éxito entre diputaciones», así como planes «que faciliten la sustitución en la jubilación».

«Las ayudas al relevo por jubilación, con reducciones por ejemplo en las cuotas pueden ser también una forma de apoyar en un momento clave en el que el traspaso o no supone la continuidad o el cierre de un negocio», ha explicado.

También ha propuesto la creación de una mesa, a nivel de Euskadi, en la relación autónomos-administración, así como un plan de impulso «que fomente el cooperativismo y las iniciativas en economía social con reservas reales de mercado auditables en contrataciones públicas y contrataciones por lotes de tamaño razonable para dar acceso a pymes e iniciativas medianas».