Las tres personas acusadas del tiroteo mortal en el cementerio de Torrent | ROBER SOLSONA

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La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto penas de 21 y 49 años y medio de prisión a los tres acusados pertenecientes al clan de los 'Bocanegra' --un matrimonio y su hijo-- de la muerte a tiros de dos hombres y las lesiones causadas a un tercero en el cementerio de la localidad valenciana de Torrent el 1 de noviembre de 2021.

La sentencia, facilitada este jueves por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), recoge el veredicto emitido por un jurado popular tras el juicio celebrado la pasada semana por dos delitos de asesinato consumados, otro en grado de tentativa y un delito de tenencia ilícita de armas y fija indemnizaciones para las víctimas y sus familiares que ascienden en su conjunto a un total de 568.180 euros.

El Tribunal impone al autor material de los disparos y a su madre, que le facilitó momentos antes el arma homicida, sendas penas de 49 años y 6 meses de cárcel, como autores de los cuatro delitos antes citados.

En cambio, condena al tercer implicado --padre y marido de los anteriores acusados, respectivamente-- a 21 años de prisión, como cómplice de los tres delitos de asesinato y autor del delito de tenencia ilícita de armas.

Los hechos, recuerda el Alto Tribunal valenciano, ocurrieron sobre las 10 horas del Día de Todos los Santos de 2021, cuando el matrimonio y su hijo se encontraron con otra familia que tenía parientes lejanos con los que ellos habían tenido conflictos en el pasado.

Los acusados comenzaron a chillarles y a proferir expresiones amenazantes para que se marcharan del lugar e incluso les llegaron a golpear con sillas y palos.

En un momento dado, tal y como relata la sentencia, la mujer ahora condenada sacó un arma de fuego que llevaba oculta en un delantal y se la entregó a su marido para que disparara contra la otra familia.

Desarmadas y sin posibilidad de protegerse

El hombre no llegó a efectuar ningún tiro porque el arma se le cayó al suelo, pero su esposa la recogió y se la dio entonces a su hijo. Fue este último quien disparó finalmente a las víctimas, las cuales se encontraban desarmadas y sin posibilidad alguna de protegerse.

Una de las balas causó la muerte de un miembro de la familia tiroteada y otra provocó lesiones en una pierna a un hijo del anterior. Además, un tercer proyectil alcanzó a un hombre ajeno al altercado, que estaba en las proximidades visitando la tumba de su esposa, y provocó su fallecimiento.

La sentencia no es firme y puede ser recurrida en apelación ante el Sala de lo Penal del TSJCV.