La estación de Colón de Metrovalencia, prueba de un proyecto europeo que analiza la calidad del aire en el transporte | GVA

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Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) colabora en el proyecto nPETS, financiado por la Comisión Europea, y que tiene como objetivo principal investigar la cantidad y toxicidad de partículas ultrafinas (<100 newton·metros (nm) emitidas por el tráfico rodado, aeronáutico, ferroviario y marítimo. En València, se ha escogido la estación de Colón de Metrovalencia para obtener datos para esta iniciativa.

El estudio lo realiza el Grupo de Investigación en Geoquímica Ambiental y Atmosférica, que forma parte del Instituto de Evaluación Ambiental e Investigaciones del Agua (Idaea), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Así, València es una las ciudades que participa en este estudio junto con Estocolmo, Milán, Thessaloniki y Barcelona, ha indicado la Generalitat en un comunicado.

El director gerente de FGV, Alfonso Novo, ha mostrado su satisfacción por la posibilidad de colaborar en este proyecto y ha concretado que se ha escogido la estación de Colón para obtener datos, al ser «una de las instalaciones más transitadas de la red».

A su vez, ha explicado que las mediciones que se obtengan en la estación de Colón «a lo largo de las próximas semanas se podrán comparar con las obtenidas en otras ciudades y diseñar, posteriormente, medidas más eficaces para reducir el impacto sobre la salud pública de estas partículas ultrafinas que se derivan de los diferentes medios de transporte».

El proyecto nPETS tiene como objetivo estudiar la vida de las emisiones inferiores a 100 newton·metros desde su creación hasta su ruta potencial hacia los seres humanos y los animales.

A su vez, se desarrollan métodos innovadores para la cuantificación de la toxicidad en todos los modos de transporte. Hoy en día no existen métodos para medir estas emisiones de partículas inferiores a 100 newton·metros procedentes de diversas fuentes individuales.

El equipo de investigación del Idaea-CSIC ha desarrollado nuevas estrategias de caracterización química y seguimiento de la contaminación atmosférica, centrándose en los aerosoles, pero también incluyendo especies orgánicas semivolátiles como contaminantes orgánicos persistentes, drogas de abuso y contaminantes gaseosos.