Archivo - Mina de Riotinto de Atalaya Mining. | ATALAYA MINING

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Atalaya Mining ha publicado su primer Informe de Sostenibilidad, que muestra su desempeño en materia ambiental, social y de gobernanza en los años 2020 y 2021. De este modo, la empresa «refuerza así su compromiso con una minería responsable, apostando por la transparencia y la ética empresarial en línea con su adhesión al Pacto Mundial de las Naciones Unidas y la incorporación de sus Diez Principios en su estrategia empresarial».

Según ha indicado la empresa en una nota de prensa, tras su adhesión en 2020 al Pacto Mundial, una iniciativa en favor de un mundo más justo y habitable, Atalaya aprobó su Política de Sostenibilidad y Plan Director, que «alinean las políticas y los procesos internos con los mejores estándares internacionales, alcanzando todas las áreas corporativas y operativas» de la compañía minera.

Así, el informe está elaborado siguiendo la metodología del estándar internacional Global Reporting Initiative (GRI) y ofrece gran cantidad de información, tanto cuantitativa como cualitativa, sobre el desempeño de todas las áreas de la actividad de Atalaya Mining.

Al respecto, la empresa ha asegurado que los datos han sido verificados por una entidad independiente, y sirven de base para «seguir mejorando sus indicadores en los años venideros». El informe completo se puede consultar en la web de la compañía: https://riotinto.atalayamining.com/comunicacion-documentos/

Además de explicar qué es Atalaya Mining, la importancia para la sociedad del metal que produce y sus proyectos de futuro, el informe rinde cuentas en materia de sostenibilidad en seis grandes bloques, que son «los pilares» de su estrategia en esta materia: Buen Gobierno, Personas, Operación Segura, Medio Ambiente y Cambio Climático, Sociedad, e Innovación y Tecnología.

En este sentido, el trabajo dedicado al cuidado de la seguridad de las personas y el medio ambiente es parte «sustancial» del informe, que reporta datos sobre la gestión de las instalaciones, plan de autoprotección, seguridad y salud de los empleados y contratistas, todo ello bajo el estándar GRI.

Por otro lado, la compañía destaca la vigilancia ambiental, «con un control exhaustivo de los parámetros fundamentales, como calidad del aire, el ruido o las vibraciones, los planes de manejo de especies protegidas, como los quirópteros o la Erica Andevalensis, o los planes de restauración que incluyen los pasivos históricos, y que están avalados con 72 millones de euros en garantías».

Por otra parte, en materia ambiental y de lucha contra el cambio climático, Atalaya ha presentado oficialmente los cálculos de Huella de Carbono y Huella Hídrica de sus operaciones, acompañados de objetivos de mejora.

En este sentido, la empresa ha explicado que viene trabajando en múltiples proyectos e iniciativas que «ya están dando resultados», puesto que gracias a las eficiencias aplicadas y al reciclaje total de las aguas de proceso, el Proyecto Riotinto «ha reducido un 21 por ciento su huella hídrica con respecto al año de referencia 2016, cuando se produjo la reapertura».

Asimismo, en el Informe de Sostenibilidad también se recoge la política de Atalaya de 'vertido CERO' de aguas al exterior del ámbito minero.

En eficiencia energética, la empresa ha ratificado su «compromiso» a reducir un 15 por ciento su huella de carbono hasta 2025, para lo cual «impulsa mejoras en equipos y procesos, y construye una planta fotovoltaica de 50MW, una de las mayores de autoconsumo industrial de España, que proporcionará energía verde al proceso».

El conocimiento, el uso de la tecnología y la I+D propia son también ejes «fundamentales» de la estrategia de Sostenibilidad para la empresa, por «su contribución a la competitividad del negocio a largo plazo, con investigación minera para desarrollar nuevos yacimientos, proyectos de digitalización y eficiencia, mejoras en la productividad y perspectiva circular».

En este aspecto, la empresa ha puesto de relieve la nueva planta basada en E-LIX, «tecnología innovadora a nivel mundial», desarrollada por Lain Technologies en Riotinto, la cual procesará parte de su concentrado (23 por ciento Cu) para producir cobre o zinc puro con un proceso más sostenible que permite beneficiar minerales polimetálicos.

Contribuyendo a la sostenibilidad del entorno social

Para Atalaya «la excelencia es la base del desarrollo del negocio», por ello, su estrategia de sostenibilidad persigue «ampliar la vida de sus operaciones, replicando el éxito de Riotinto en otros entornos con los mismos criterios de responsabilidad».

Así, tras recuperar la actividad en la mina histórica de cobre de Riotinto en 2016, el proyecto empresarial de Atalaya Mining ha desarrollado una estrategia de crecimiento sumando nuevos proyectos como los aledaños de 'San Dionisio' y 'San Antonio', 'Masa Valverde', en los términos municipales de Valverde del Camino y Beas, y una apuesta importante por la investigación en otras demarcaciones, como 'Riotinto Este', 'Ossa Morena' en Badajoz y 'Touro' en Galicia.

Para la compañía, estos nuevos proyectos «contribuirán al progreso sostenible de las comunidades locales a través de la generación de empleo y de negocio para empresas auxiliares, clientes y suministradores de productos y servicios».

En este sentido, el Informe de Sostenibilidad pone de manifiesto la «relevancia» del empleo generado en Riotinto, con una plantilla que supera las 500 personas, basado, según ha detallado Ataya, en un empleo de calidad, gracias a las iniciativas en marcha en materia de igualdad, formación, retribución justa y flexibilidad.

De ellos, «el 84 por ciento son empleos fijos con salarios por encima de la media», contribuyendo a la «disminución en la tasa de desempleo de algunos municipios cercana al 50 por ciento desde el arranque de la operación minera», según los datos aportados por la compañía.

Asimismo, otro dato «significativo» que muestra el compromiso de Atalaya Mining con su entorno social hace referencia a la cadena de suministro, «con un 92 por ciento de la facturación destinada a proveedores nacionales».

Por otra parte, en el ámbito de la Responsabilidad Social Corporativa, la empresa ha remarcado una inversión superior a los tres millones de euros en la gestión, protección y apertura al público del patrimonio histórico, así como en los convenios de colaboración que su Fundación ha suscrito con diferentes entes públicos y privados de la Cuenca Minera para el apoyo y desarrollo de sus comunidades, que supera los 750.000 euros.

En definitiva, el Informe de Sostenibilidad es para Atalaya «un reflejo de una estrategia empresarial que mira a largo plazo y procura estar en sintonía con las necesidades y expectativas de sus partes interesadas, mediante una gestión responsable, transparente, sostenible y segura de sus proyectos».