Tres pacientes realizan su tabla de ejercicios en CampusEsport. | Sabrina Vidal

Para Mercerdes Orells, 51 años y paciente de cáncer de mama triple negativo «es importante tener una recuperación digna». Ha pasado por varias operaciones, una mastectomía bilateral y quimioterapia y es justo cuando sale de este terremoto medicinal en el que se empiezan a rebajar las terapias, cuenta, cuando «salen las secuelas reales» de lo que ha padecido. Para afrontar el regreso a la sanación, para «curarme dignamente», el ejercicio de fuerza es esencial.

No lo dice ella, que lo cuenta en primera persona, también lo avalan los estudios científicos en base a los que se ha puesto en marcha este programa de ejercicio oncológico auspiciado por la Asociación Española Contra el Cáncer, la organización Yes With Cáncer y la Universitat de les Illes Balears (UIB). Los pacientes que lo requieran porque así lo considere su médico podrán acudir de forma gratuita a las instalaciones de CampusEsport, de la UIB, en horario de lunes a viernes de 12 a 14 horas, donde se les ofrece una tabla de ejercicios relacionada con su tumor para ir recuperando la fuerza, y también la autoestima.

«Tenemos claro el gran efecto del ejercicio sobre la recuperación», ha dicho el presidente de la AECC en Baleares, José Reyes. «Forma parte del futuro del tratamiento del paciente». Posterioremente, el presidente de Yes With Cáncer, Gabriel Rojo, subdirector también de Humanización del IB-Salut, ha recordado lo poco frecuente que, hace una década, era el relacionar el ejercicio con la cura oncológica. En este sentido, «hoy lo tenemos aquí y es algo para celebrar», ha dicho.

La consellera de Salut, Manuela García, ha mostrado su apoyo a la iniciativa así como a la investigación en general, pues la evidencia científica es la mejor aliada para la recuperación. Por último, el rector de la UIB, Jaume Carot, ha recordado el «ecosistema productor y transmisor de conocimiento» que es la universidad «al servicio de la sociedad».

El ejercicio físico oncológico consiste en una serie de rutinas planificadas y supervisadas por educadores físicos como Joan Llobera, destinados a reducir o prevenir los efectos secundarios de un tratamiento de cáncer. «Utilizamos una aplicación móvil para indicar un entreno diario y personalizado, de forma que cada paciente sepa lo que tenga que hacer», explica el especialista en mejorar las eficiencias de los tratamientos.