Los jugadores del RCD Mallorca celebran la victoria, tras el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey que Real Sociedad y RCD Mallorca disputaron este martes en el Reale Arena, en San Sebastián. | Joan Riera

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El Real Mallorca disputará el próximo 6 de abril en el estadio de La Cartuja de Sevilla su cuarta final de la Copa del Rey, una competición en la que esta temporada ha disputado un total de siete encuentros con un balance de cinco victorias y dos empates. Para plantarse en el encuentro por el título ante el Athletic Club de Bilbao el equipo de Javier Aguirre ha dejado en la cuneta a un equipo de Preferente, uno de Segunda Federación, dos de Segunda y otros dos de Primera División anotando 15 goles y encajando tres.

El camino del Real Mallorca hacia la final de la Copa del Rey empezó en tierras gallegas el 1 de noviembre de 2023. Los bermellones no pasaron por apuros para superar al Boiro de Regional Preferente 4-0 gracias a un hat-trick de Abdón Prats y al estreno goleador del canadiense Cyle Larin como mallorquinista en un partido incómodo por la lluvia y el viento que condicionó la puesta en escena de ambos contendientes.

El 6 de diciembre el Real Mallorca superó la segunda ronda imponiéndose al Valle de Egües de Segunda Federación. Un tanto de Dani Rodríguez en la primera mitad y un doblete de Javi Llabrés en la segunda parte acabaron la resistencia del conjunto navarro en otro trámite cumplido para la escuadra isleña, que no dio opción a la sorpresa en el duelo disputado en Mutilva al no reunir el campo de su rival las condiciones para albergar la eliminatoria a partido único.

El exigente mes de enero arrancó con el camino del Real Mallorca endureciéndose en El Plantío, donde se impuso al Burgos en los dieciseisavos de final erigiéndose en el único equipo que ha salido airoso del feudo blanquinegro en lo que llevamos de temporada. Los de Aguirre se toparon con un rival rocoso que sólo dio su brazo a torcer en la segunda mitad. Gio González en el 63, Larin en el 75 y Abdón Prats en el 81 dieron forma a un marcador más contundente de lo visto sobre el terreno de juego.

El bombo le sonrió al Real Mallorca en el sorteo de los octavos de final emparejándole con el único superviviente de Segunda División, el Tenerife. Sin embargo, el duelo no resultó precisamente plácido para los mallorquinistas, que ya prácticamente se preparaban para los penaltis cuando Larin selló el billete para los cuartos de final silenciando el Heliodoro Rodríguez López en el minuto 120.

La buena suerte se evaporó en el siguiente sorteo de la antepenúltima ronda cuando la bola del Real Mallorca salió junto a la del Girona, que por aquellas fechas estaba a dos puntos del Real Madrid en plena carrera por el liderato de Primera División. En una primera mitad primorosa los de Aguirre engulleron al equipo revelación del viejo continente con un tanto de Larin y un doblete de Abdón Prats, aunque la reacción final de los hombres de Míchel hizo sufrir a los bermellones por certificar su pase a semifinales.

Superadas las eliminatorias a partido único el Real Mallorca apareció como víctima propicia para la Real Sociedad en la antesala de la final. Tras el empate sin goles en Son Moix, la vuelta en el Reale Arena convirtió en héroes a Greif y Sergi Darder. Después de que Gio adelantara a los visitantes y Oyarzabal neutralizara la ventaja inicial, todo se iba a resolver desde el punto fatídico. Greif, que durante el tiempo reglamentario había desbaratado un lanzamiento desde los once metros de Brais, detuvo el primer disparo de la tanda de Oyarzabal y Sergi Darder completó el pleno de aciertos en un quinto lanzamiento que ya forma parte de la historia mallorquinista.