Imagen panorámica de nuevo estadio de Son Moix. | RCDM

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No resulta fácil encontrar sociedades que cada quince días reúnan a más de quince mil incondicionales y que cuenten con un apoyo de veinte mil abonados. El Real Mallorca lo ha conseguido y ayer mismo comunicó que el gran objetivo marcado a principio de temporada se ha completado: el club rojillo ha alcanzado los 20.000 abonados, una cifra récord y que nunca en los 107 años de historia había logrado alcanzar la entidad bermellona.

Ni los años en los que el primer equipo disputó la Liga de Campeones y ganó títulos como la Copa del Rey, no se llegó a alcanzar esta mítica cifra. El club lo ha conseguido pese al enorme revés que supuso descender a Segunda División B y empezar otra vez a incentivar a sus aficionados. Ese año la masa social no dio la espalda al equipo en la categoría de bronce y siguió dando su apoyo a los diferentes proyectos que se fueron presentando.

En Segunda B se sumaron prácticamente ocho mil abonados. En el arranque de esta temporada el CEO de negocio, Alfonso Díaz, manifestó que uno de los grandes deseos de la entidad era alcanzar los 20.000 abonados. Poco a poco durante el verano los seguidores fueron sacándose su abono y ahora, ya con la segunda vuelta en marcha, se ha superado incluso esta cifra que hasta la fecha no se había logrado alcanzar. Son muchos los factores que motivan que se haya llegado a esa mítica cantidad de abonados. De una parte hay un sector de aficionados muy fieles, de toda la vida, que más allá de propietarios, categorías y proyectos, cada año sí o sí tienen en su lista de prioridades sacar el abono a título individual o familiar. Pero restaba seguir seduciendo a una gran cantidad de aficionados que por diferentes motivos se mostraban reacios a unirse al Mallorca con un abono.

Ese gesto, además del coste económico que supone, también tiene mucho de simbólico porque resulta evidente que se trata de un voto de confianza hacia la nueva propiedad y a la gestión que llevan a cabo. Cuando aterrizó el grupo de Sarver –ahora ya fuera del club– el Mallorca venía de una situación de inestabilidad institucional que había minado la credibilidad del club. Además, los proyectos deportivos que presentaba eran absolutamente mediocres y no ofrecían atractivo alguno para una gran masa de seguidores que podían ser potencialmente futuros abonados, pero que ante el devenir de los acontecimientos preferían otras propuestas. Tras siete años de presencia de la actual propiedad en el club, su inversión de cien millones de euros y el cambio radical que han dado al estadio de Son Moix, con el atractivo que ello supone, ha motivado que los seguidores hayan mostrado su total apoyo al Mallorca.

Sin embargo, la permanencia en Primera División es un factor fundamental para que el actual presente pueda consolidarse con vistas al futuro. Además, la necesidad de seguir haciendo atractivo el proyecto del primer equipo es una condición innegociable para mantener el actual estatus. La presencia del grupo capitaneado por Andy Kohlberg permite disponer de estabilidad institucional, un factor que hoy por hoy vale su precio en oro.