Amath Ndiaye, Mikel Merino y Dani Rodríguez, durante el partido de la Liga entre la Real Sociedad y el Mallorca de la temporada pasada. | Joan Riera

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De vuelta a la carretera, el Real Mallorca va a encontrarse con un inmenso muro en el horizonte. Regresa a uno de esos escenarios malditos el equipo de Javier Aguirre, que visita este fin de semana el mayor punto negro al que se enfrenta desde hace tiempo en el mapa de LaLiga. El conjunto balear tiene una cita en el campo de la Real Sociedad (sábado, 14.00 horas), un estadio en el que amontona once derrotas seguidas y en el que no marca un gol desde hace dieciséis años.

Anoeta (Reale Arena, según su denominación comercial) es la última gran pesadilla del Mallorca. Un mal trago que supera incluso al de las tradicionales visitas al dentista de cada temporada en Primera, fijadas en el Santiago Bernabéu, el Camp Nou o el Metropolitano. En el domicilio txuri-urdin arrastra un maleficio desde casi principios de siglo y no se lleva nada de allí desde hace veinte años. Ganó a la Real Sociedad de Raynald Denoueix un sábado de finales de noviembre de 2003 —0-1, con Luis Aragonés en el banquillo y un tanto de Samuel Etoo— y a partir de ahí ha ido enganchando un revolcón detrás de otro: nueve en la Liga y otros dos en la Copa. La temporada pasada, sin ir más lejos, se estrelló por partida doble en Amara, el barrio en el que está plantado el estadio. En octubre le derribó un madrugador tanto de Mikel Merino (1-0) y unos meses después, en enero, otra diana tempranera, en este caso de Robert Navarro, le apeó del torneo copero en octavos de final.

El bloqueo del Mallorca entre las paredes de Anoeta se acentúa campaña a campaña y ha terminado afectando también a su capacidad anotadora. Suma ya ocho partidos consecutivos sin ver puerta en terreno realista y para dar con su último gol hay que rebobinar hasta marzo de 2007. Exactamente hasta un tanto de Ariel Ibagaza que tampoco sirvió para mucho aparte de reducir el peso del marcador (3-1).

Para esta nueva entrega del duelo entre Real Sociedad y Mallorca las previsiones llegan inclinadas. El equipo de Imanol Alguacil, con rango de Liga de Campeones, ha hecho de Anoeta una pequeña fortaleza en la que ha ganado los tres últimos partidos (Granada, Getafe y Athletic), de la que no vuelan puntos desde la segunda jornada (empataron allí el Girona y el Celta) y en la que no pierde desde el pasado mes de febrero. En lo que va de curso solo los tres grandes (Real Madrid, Barça y Atlético) han sumado más puntos como locales y nadie ha marcado más tantos. Las 14 dianas que han conseguidos hasta el momento los realistas en su centro de operaciones les definen como el conjunto anfitrión con más pegada de toda la categoría. El Mallorca, por su parte, es uno de los que más encajan cuando viajan: 11 goles en contra en cinco desplazamientos.

El equipo balear afronta uno de los desplazamientos más espinosos del curso con dos dolorosas bajas ya confirmadas y otra más que probable. Javier Aguirre no podrá contar ni con Antonio Raíllo, que se recupera de su lesión de tobillo y este lunes bajaba al césped a saludar al cuerpo técnico y a sus compañeros, y la de Sergi Darder, con un problema muscular que sufrió en el último partido contra el Valencia. La duda está en Pablo Maffeo, aunque el lateral también empezó la semana trabajando al margen.

El apunte

Aguirre no gana en San Sebastián desde 2005

Si al Mallorca no se la ha dado bien jugar últimamente en Anoeta, a su entrenador tampoco le van demasiado bien las cosas en el estadio de la Real Sociedad. Javier Aguirre ha perdido cinco de los seis últimos partidos que ha disputado en San Sebastián con el Atlético de Madrid, el Zaragoza, el Espanyol y el propio Mallorca y su única ‘alegría’ en ese plazo fue el empate que arañó con el Leganés en 2019 (1-1). La única vez que Aguirre ha ganado en terreno donostiarra fue como técnico de Osasuna en la temporada 2005-06 (1-2). El curso pasado perdió en las dos ocasiones que lo visitó con el cuadro balear.