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El Mallorca sumó un punto tras empatar (1-1) ante el Valencia en un partido que pudo ganar o perder. Suma así tres empates consecutivos y solo tres puntos de los últimos doce. Las dudas, además, asoman de nuevo. De sabios es rectificar y Javier Aguirre jugó ayer con cuatro hombres en defensa y dos en ataque. El tantas veces reclamado cambio de sistema no sirvió para ganar a un Valencia plagado de jóvenes y con una extrema debilidad defensiva.

Un tempranero gol de Dani Rodríguez dio ventaja al Mallorca, pero el conjunto valencianista se hizo con el control. El equipo de Baraja no supo traducir en goles su dominio, pero empató en el descuento. El Mallorca dominó con insistencia en los primeros minutos del segundo tiempo, dispuso de claras oportunidades, pero el paso de los minutos igualó la contienda. El Valencia, incluso, pasó a dominar durante demasiados minutos. El marcador, en todo caso, ya no se movió.

Un espectáculo de dimonis amenizó los prolegómenos del partido ante el Valencia, tal y como ya había sucedido semanas atrás con motivo de la visita del Fútbol Club Barcelona. La idea es convertir el estadio de Son Moix en el escenario de un gran espectáculo que siempre ha de tener su acto principal con el duelo futbolístico del primer equipo del Mallorca. Me gustó leer como Alfonso Díaz, CEO de negocio de la Sociedad Anónima Deportiva, explicaba que «queremos acercar la cultura, tradición e identidad de la isla a todos». No soy muy partidario de espectáculos descontextualizados y siempre he pensado que la fiesta de Sant Joan a Ciutadella, por ejemplo, no puede exportarse sin trivializar su importancia. Y añadiría, por ejemplo, que no puede reproducirse el espectáculo de los cossiers de Montuïri en ningún otro lugar. En todo caso, no puedo dejar de señalar la buena intención de Díaz.