Imagen del once inicial que alineó este viernes Javier Aguirre en Salzburgo para el último amistoso contra el Colonia alemán. | @RCD_Mallorca

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A tres semanas de que la pelota empiece a rodar de verdad, el Real Mallorca le pone el primer punto y aparte a la hoja de ruta de su pretemporada. El equipo que dirige Javier Aguirre ya ha cubierto la parte central, el stage de Geinberg, y regresa este sábado a Palma para activar la cuenta atrás. Lo hace con un jugador más de los que tenia cuando se fue, pero también con algún otro futbolista señalado y mucho trabajo por hacer. No tanto en el campo como en los despachos.

El Mallorca vuelve de Austria con más combustible en el tanque y tres amistosos en las piernas. Y aunque los dos primeros solo sirvieron para soltar los músculos y recuperar ciertas sensaciones, en el tercero de ellos, el de este viernes contra el Colonia de la Bundesliga alemana, ya se fue acercando un poco a todo eso que se va a encontrar a partir del próximo 12 de agosto por los campos de LaLiga. Aunque en esta parte del calendario los resultados son lo de menos, la cosecha del equipo en su primera tanda de amistosos es de dos victorias, un empate, trece goles a favor y dos en contra. Por delante, en principio, quedan otras tres pruebas. La de este miércoles en el Trofeo de s’Agricultura contra el Poblense, la del próximo sábado contra el Sunderland y otra, pendiente aún de confirmación, que debería escenificarse el primer fin de semana de agosto.

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La otra gran noticia que deja la concentración austríaca es la llegada de Siebe van der Heyden. El belga, que se va integrando poquito a poco en el grupo, le da otra dimensión al eje de la defensa, demasiado despoblado tras la marcha de los futbolistas que formaban el curso pasado la segunda unidad, Matija Nastasic y Dennis Hazdikadunic. Sin embargo, y más teniendo en cuenta que en el libro de estilo de Aguirre aparecen siempre de inicio tres centrales, la plantilla necesita más para protegerse, algo que sí ha conseguido en los carriles con la llegada de Toni Lato.

En el centro del campo hay otro piloto de alarma encendido pese a que Manu Morlanes ha dado un paso adelante. Omar Mascarell ha encajado como un guante en el esquema del equipo y se estrenaba incluso como goleador en el último amistoso, pero habita en una zona en la que han desaparecido Galarreta y Clément Grenier. Porque el francés, aunque ha viajado con el grupo a Austria, lo ha hecho para comprobar que no entra en los planes del técnico y de la dirección deportiva. No ha participado en ninguno de los encuentros y el club está forzado a buscarle una salida, ya que todavía le queda un año de contrato. Mientras tanto, hay otros futbolistas como Antonio Sánchez que tampoco terminan de encontrar su lugar.

Y si en la zona ancha faltan efectivos, en ataque hay otro gran agujero a la vista. El Mallorca ha perdido a Kang In Lee, capital el curso pasado, y profundidad de banquillo. El club busca a un atacante de peso para nivelarlo todo y, en esa dirección, el elegido es Cyle Larin. Tanto Pablo Ortells como el director deportivo del Valladolid han admitido las negociaciones por el canadiense, pero de momento no se ha llegado a un punto de encuentro. Queda tiempo. Tanto como cosas por hacer.