Los jugadores del Mallorca celebran uno de los goles del pasado domingo al Rayo Vallecano. | Miquel Payeras

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Con los jugadores disfrutando ya de las vacaciones y la resaca de la mejor clasificación de la última década (50 puntos y novena posición) recorriendo todos los pasillos de Son Moix, el Real Mallorca ya comienza a trazar los primeros bocetos de proyecto 2023-24, el trigésimo primero en Primera División y el tercero de forma consecutiva. Los jugadores han dado la talla en el campo y el entrenador ha impuesto su estilo en el vestuario. Pero quiere más. El técnico mexicano le lanzó un mensaje público a la propiedad («es hora de que el equipo dé un salto de calidad») y unas horas después rubricó su renovación...

La administración americana, que ya se rascó el bolsillo el pasado verano para adquirir a Pablo Maffeo (3 millones), Predrag Rajkovic (2) o Vedat Muriqi (7 más otro en variables) y acaba de ejecutar la opción de compra de Manu Morlanes (en torno a los 3,5 millones de euros), deberá acometer una nueva inyección económica.

El Mallorca tiene asegurada la base de la futura estructura, aunque el futuro de Kang In Lee será el envoltorio del verano. Se da por hecho que el coreano, uno de los pilares fundamentales del equipo y que ha acabado el curso cotizando al alza, será una de las piezas más importantes que perderá el vestuario. Sus números (6 goles y 6 asistencias), su juventud (en febrero cumplió los 22 años) y su margen de mejora le convierten en la joya de la corona. Equipos de media Liga y de la Premier League ya han preguntado por él y el club balear sabe que no podrá hacer nada para retenerlo. Su libertad cuesta en torno a los 20 millones de euros, aunque esta temporada, sobre todo después del Mundial, se ha revalorizado y ese precio se antoja escaso por el rendimiento que ha ofrecido y que puede ofrecer.

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No fallar el disparo a la hora de escoger al sustituto de Kang se antoja crucial. El artanenc Sergi Darder es la primera opción que maneja el club balear, aunque no será una operación fácil. No obstante, la cláusula liberatoria de su contrato una vez consumido el descenso -el club que lo quiere debería hacerse cargo de su ficha durante esa primera temporada- y el aspecto sentimental -Sergi nunca ha ocultado su deseo de vestir la camiseta bermellona- juegan a favor de un Mallorca que ya ha movido pieza.

Otra de las despedidas seguras es la de Iñigo Ruiz de Galarreta. El centrocampista eibarrés, que se ha destapado como una pieza clave en el engranaje, regresará al club de su vida, el Athletic Club, con la carta de libertad bajo el brazo. También dice adiós el delantero canario Ángel Rodríguez, que curiosamente el pasado domingo marcó su primer gol en Liga (marcó dos ante el Autol en Copa) de la temporada, también cerrará la puerta del vestuario como agente libre. Los cedidos Dennis Hadzikadunic, Augustinsson y Tino Kadewere regresarán a sus clubes de origen, aunque el primero tiene alguna opción de seguir, al igual que Matija Nastasic o Jaume Costa, que también finaliza contrato.

La columna vertebral se mantiene y más de quince jugadores tienen contrato en vigor. Rajkovic, Raíllo y Muriqi se perfilan como algunos de los pilares de la nueva estructura que deben diseñar entre Andy Kohlberg, Alfonso Díaz y Pablo Ortells. Javier Aguirre ha pedido un salto de calidad y el club está dispuesto a atender esa petición. No habría más salto de calidad que retener a Kang, aunque eso se antoja una misión casi imposible...