Los jugadores del Real Mallorca saludan a los aficionados bermellones que asistieron al encuentro en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe. | SERGIO REYES ROBLEDO

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Sin apenas tiempo para mirarse en el espejo, el Real Mallorca necesita oxígeno para encarar la primera gran cordillera que se levanta en el calendario. Con las brasas del accidentado partido de Getafe todavía humeando y un puñado de futbolistas tocados, Vicente Moreno apenas va a tener espacio para analizar la última caída y preparar los dos partidos que le esperan con apenas con apenas cinco días de diferencia. El Atlético de Madrid, en Son Moix (miércoles, 19.00 horas) y el Alavés, en Mendizorroza (domingo, 16.00 horas), definirán el color y el camino que toma el equipo a corto plazo.

Ahora mismo al Mallorca no le sobra nada. Ni en la despensa, ya que solo la diferencia de goles le mantiene por encima de la zona roja de la clasificación, ni en el vestuario, donde cuenta con los efectivos justos para cubrir ciertas zonas del campo, alguna de ellas fundamental por su elevado valor estratégico. Una necesidad que se acentúa por la estrechez de los plazos en los que se mueve estos días la Liga y porque el motor del equipo no acaba de carburar. O al menos no lo hace aún a pleno rendimiento.

Vicente Moreno, que desde que agarró el volante del Mallorca siempre se había movido entre dinámicas positivas, tiene que nadar ahora contra la corriente y en un ecosistema mucho más cruel y exigente. En ese sentido, su principal preocupación ahora mismo es recuperar peso en ciertas posiciones, algo a lo que la batalla del Coliseum no ha ayudado. El conjunto balear, que llegó al estadio azulón despojado de tipos como Raíllo, salió de allí sin su brújula en el centro del campo, Salva Sevilla, y con un lateral afectado por los problemas de Baba Rahman. Varios contratiempos encadenados que redujeron la cilindrada del Mallorca en en Getafe y que podrían seguir afectándole en una de las semanas más cargadas de este nacimiento de la campaña.

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En el caso de Salva Sevilla, parece que es quien mejor lo tiene para llegar a tiempo al partido de este miércoles contra el Atlético, aunque todo dependerá del entrenamiento de este mañana, el segundo y último que tiene Vicente Moreno para apretar tuercas y preparar los detalles de asaltos de uno de los tres grandes de la Liga. El centrocampista almeriense, titular en las cinco jornadas y uno de los más utilizados del grupo, el domingo no pudo estar ni veinte minutos sobre el tapete después de sufrir unas molestias cervicales por culpa de un golpe que le provocaron pequeños mareos y le impedían trabajar a su máximo nivel. En cualquier caso, todo apunta a que podría estar frente al Atlético, uno de los clubes de los que formó parte al comienzo de su carrera.

Mucho más complicado lo tiene Baba Rahman. El ghanés, acomodado en el once desde la semana anterior, tiene un fuerte golpe en la rodilla que le obligó a salir del campo al mismo tiempo que Salva Sevilla y que lo mantendrá seguramente en la grada.

El encuentro ante el Atlético puede suponer la primera titularidad de Take Kubo, que en las dos últimas jornadas ha tenido una influencia especial entrando desde el banquillo. Contra el Athletic y en pleno atasco, provocó un penalti al sacudirse la marca de Yuri Berchiche. Y contra el Getafe estableció una interesante conexión con Ante Budimir que estuvo a punto de reactivar el partido cuando ya parecía perdido. Ahora, el hecho de que se agolpen las jornadas y de que haya repartir la carga podría abrirle las puertas del once, ya sea contra el Atlético o entre los muros de Mendizorroza.

Sea como sea, el Mallorca debe reactivar cuanto antes la cuenta —no gana desde la primera jornada, hace más de un mes— y empezar a llenar el granero de provisiones pensando en la permanencia.