Miquel Àngel Nadal da instrucciones a sus futbolistas durante su debut ante Osasuna en el Reyno de Navarra. | Ricardo Ordóñez

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Miquel Àngel Nadal dejaba el Reyno de Navarra con la satisfacción del deber cumplido. El técnico mallorquín, que había aceptado el reto de allanarle la transición al club tras la salida de Laudrup, lograba atrapar un punto en un escenario particularmente hostil para los intereses del Mallorca y lo hacía, además, con un hombre menos sobre el campo y arrastrando una inmerecida desventaja. Sin embargo, el de Manacor rechazó la posibilidad de colgarse ninguna medalla y le dedicó un cariñoso guiño al que fue su compañero de batallas durante los últimos catorce meses: «No sé si se ha visto algún cambio, pero sí es así es porque ha contribuído muchísimo el trabajo de Michael. Llevo aquí dos días y el resto viene de atrás. Gran parte del mérito de lo que se ha conseguido es suyo».

Nadal desgranaba el encuentro destacando que «normalmente haces un esfuerzo y éste tiene su recompensa. Por eso es una pena que en un error de marcaje te igualen todo el trabajo que has realizado. Son cosas del fútbol», se lamentaba al repasar el primer tanto de Osasuna.

Circunstancias

El preparador bermellón continuaba señalando que «en la segunda parte, al marcarnos pronto, el equipo se ha venido abajo a pesar de que estábamos siguiendo una línea defensiva que marcaba una distancia con respecto a Aouate. Tras el descanso hemos empezado a perder unos cuantos balones, nos hemos ido aún más atrás y el equipo no ha sabido reaccionar», argumentaba. «Después intentábamos hacer un cambio y ha venido la expulsión. Ha sido un cúmulo de circunstancias y dentro de lo que cabe, el empate nos sabe bien. En cualquier caso, creo que en términos generales hemos sido superiores», sentenciaba el entrenador bermellón.

Con respecto a la expulsión de Nsue, Nadal era franco: «No la he visto. Estaba en el banquillo mirando las posibilidades que podíamos tener y me ha pillado despistado. Según me ha comentado el mismo, ha habido una provocación y no hay nada que objetar. Sí que es verdad que cae en un error porque me cuenta que ha zancadilleado a un rival. Es algo sobre lo que hay que aprender. Después de todo el esfuerzo, el más perjudicado es el propio jugador y sus compañeros. Es, sin duda, la nota más negativa del partido», reconocía.

En el extremo opuesto a esa tarjeta roja que condicionó la actuación del grupo, Nadal situaba el estreno de Bigas. «Ha hecho un partido muy completo», destacaba. «Ha sido valiente y descarado, tiene muchas cualidades. Vino sabiendo que Kevin estaba lesionado, pero tiene un buen futuro por delante y estoy satisfecho con él. Ha cumplido en el marcaje, al cubrir espacios y desdoblando. Para un entrenador, aunque sea provisional, hacer debutar a un jugador es una satisfacción y hay que felicitarle».

Por último, Nadal valoraba el rendimiento de la dupla Víctor-Hemed, inédita hasta el momento: «Era una de las posibilidades. Teníamos dudas y al final se trataba de aguantar un poquito más en punta. Tomer ha tenido un desgaste impresionante con los centrales y nos daba la posibilidad de que Víctor, que sabe jugar de cara, tuviera más libertad».

Mendilibar

Su colega de Osasuna, José Luis Mendilibar, se mostró autocrítico con el juego de su equipo al calificar de «horrible» la primera parte y al decir que en la segunda jugaron pensado que eran el Barcelona.

Al comentarle que Nadal dijo tras el partido que el equipo balear fue «superior», Mendilibar afirmó: «Estoy de acuerdo. Ha sido horrible el primer tiempo. No hemos dado tres pases seguidos, no hemos defendido bien y lo hemos hecho todo mal. El empate nos sabe de maravilla», se justificaba.

«En el segundo tiempo, hemos empezado mejor y hemos estado más metidos. Nos hemos puesto 2-1 y tras la expulsión nos hemos dormido. Hemos pensado que éramos el Barça al confundirnos en jugar en horizontal más que buscar la portería contraria. Al abrirnos tanto, nos hacían daño cuando nos robaban», explicó el técnico vasco.