Los jugadores del Mallorca se entrenan en Son Bibiloni. | Monserrat

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Ganar, superar la barrera de los 40 puntos y mantener el sueño continental. El Mallorca quiere aprovechar su inercia a domicilio -una sola derrota en sus cuatro últimas salidas- para confirmar su permanencia y abrir el debate de Europa League. El grupo de Laudrup visita a un Deportivo herido y descosido por todas partes que se ha acercado peligrosamente a la cornisa del infierno. Es un duelo aprovechable para seguir escalando y frotarse las manos de cara a la inminente visita de Manzano y su prole (Riazor. 17.00 horas, PPV).

La víspera confirmó la baja del japonés Akihiro Ienaga, que realizó ayer su primer entrenamiento de la semana y se quedó fuera de la lista, y el regreso de Víctor Casadesús a la convocatoria, tras dos meses y medio en la enfermería. Tampoco formaron parte de la expedición que se desplazó ayer hasta A Coruña Sergi Enrich, Corrales ni Jonathan De Guzman, baja por acumulación de amonestaciones.

La ausencia del canadiense-holandés obligará al técnico danés a remover sus piezas. Las opciones son múltiples y hasta este mediodía no se despejará la incógnita. Los escasos entrenamientos de Joao Victor -regresó el jueves de Brasil- podrían relegarle al banquillo, aunque es un futbolista básico para Laudrup. Si no opta por alinear al brasileño, lo más probable es que apueste por la dupla Martí-Tejera, con Pereira y Castro en las bandas y Nsue por detrás de Pierre Webó. La alternativa B pasaría por situar a Joao-Martí, con Nsue y Pereira por las orillas y Tejera de enganche tras el camerunés. La tercera elección, retirar a Pep Lluís Martí del once y fijar al Chori en la espalda de Webó.

En la zaga, Aouate, Cendrós, Nunes, Ramis y Kevin, aunque Ayoze también cuenta con sus opciones. En el banquillo aguardarán su oportunidad tipos como Rubén, Crespí, Pina o Víctor, una alternativa más para reforzar el mermado ataque isleño.

Más allá de nombres, de cambios de piezas, el Mallorca debe mostrarse como ese grupo solidario y dinámico que atropelló al Espanyol en Cornellà o que superó al Zaragoza en Son Moix hace dos semanas.

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La permanencia se da por hecho -el triunfo situaría al conjunto isleño con 41 puntos, a uno de la séptima plaza- y el objetivo pasa por mantener el sueño europeo hasta los estertores del curso. Ese pulso directo se jugará en Palma, por donde aún deben desfilar el Sevilla de Manzano -el próximo sábado por la noche-, Getafe, Villarreal y Atlético...

Enfrente, el peor Deportivo de la temporada. Un equipo sin confianza y que camina como un funambulista sobre el alambre de la Primera División.

Tras los tropiezos consecutivos ante Espanyol y Levante, el grupo de Lotina -que el 30 de junio se despedirá de Coruña- removerá el once en busca de la reacción. El paraguayo Claudio Morel recuperará la titularidad en la banda izquierda, mientras que Laureano Sanabria Laure, con una rotura fibrilar, seguirá en la derecha.

En el centro del campo, el técnico prescindirá de uno de sus fijos, el cántabro Antonio Tomas, y formará el doble pivote con Juan Rodríguez y Rubén Pérez.

Por detrás del mallorquín Xisco jugarán los delanteros Adrián López (en la banda derecha) y Lassad Nouioui (en la media punta) con el mexicano Andrés Guardado en la izquierda.

Una nueva derrota deportivista, según los resultados de la jornada, podría empujarle a las plazas de descenso. El Mallorca también jugará con la ansiedad local para alcanzar la meta y seguir soñando con Europa.