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El vestuario del Real Mallorca tiene marcado en rojo el partido de mañana. La atmósfera de revancha generada por la afición impregna la caseta rojilla, donde sus pesos pesados no esconden su deseo de ajustar cuentas con el Villarreal. «Es un partido diferente. La jugarreta, por no decir otra cosa, del pasado verano, la intentaremos devolver en el terreno de juego, que es donde se juega el fútbol de verdad. Conseguir tres puntos ante el Villarreal, sería un buen regalo de Navidad», dijo ayer Pep Lluís Martí, que deja al descubierto las pretensiones de un grupo bermellón que tampoco olvida que ha encadenado dos derrotas seguidas y necesita un resultado positivo para encarar 2011 con un casillero saneado.

«Las ganas se unen a dos derrotas. A nosotros no nos vale otra cosa que los tres puntos. Lo que tuvimos en verano fue una sensación de impotencia ante una decisión injusta y ahora queremos demostrarlo en el césped», dijo el centrocampista bermellón, que advierte del potencial del 'submarino'.

«Nos enfrentamos a un rival muy superior por clasificación y por los jugadores que tiene», valoró ayer Martí, que opinó que «el Villarreal es el tercer equipo de España por fútbol detrás del Real Madrid y el Barcelona, que son otro mundo, pero no hay nada imposible y tenemos que buscar la victoria porque es el último partido del año y porque el principio del próximo se presenta muy complicado con dos partidos en casa que pueden marcar el devenir de la Liga para el Mallorca».

Pep Lluís Martí exculpa a los futbolistas del conjunto castellonense de las presiones del club levantino para excluir al Mallorca de Europa y expresó su respeto por las declaraciones de Borja Valero, que apreció que el Villarreal se había hecho merecedor de la clasificación para la Europa League. «Es una opinión y como todas es respetable, pero nosotros tenemos nuestra propia opinión. Hicimos un campeonato extraordinario y vimos como al final nos quitaban la clasificación de una manera injusta», respondió Martí.

Uno de los capitanes de la plantilla espera que Akihiro Ienaga «se adapte lo más rápido» y no entró en valoraciones sobre la posible salida de Gonzalo Castro. Y es que el club tendrá que aligerar su nómina de extracomunitarios, una situación que Martí también aprovechó para lanzar otro dardo envenenado con dirección a Villarreal. «Solo puede haber tres y no podemos hacer cosas que no están permitidas como han hecho otros este verano», dijo.