Imagen de Miquel Jaume ‘Jimmy’ posando en las gradas del Palau d’Esports de Son Moix. | M. À. Cañellas

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El 10 de marzo de 2021 el deporte balear entró en estado de shock. Aquel día, el corazón de Miquel Jaume Jimmy dejaba de latir al no superar una delicada operación de corazón. De repente. De golpe. Apenas tenía 67 años pero dejó un legado eterno. Como jugador, entrenador y dirigente. Fundó un club de un deporte minoritario, el Palma Futsal, para convertirlo, a base de trabajo, esfuerzo y una entrega desmesurada, en un fenómeno de masas. Hoy en día, es una entidad modelo y es el club polideportivo más importante de Balears. Además, la fundación que creó para ayudar al deporte balear ya beneficia a más de 1.700 deportistas.

No hay mejor recuerdo que un legado. Es lo que realmente perdura con el paso del tiempo y lo que beneficia a una sociedad. El que dejó Miquel Jaume es uno de los más importantes en la historia del deporte balear a nivel deportivo y social. El golpe fue muy duro para su familia, amigos y para el Palma Futsal.

Nuestra alma

«Miquel Jaume sigue estando muy presente. Lo ha estado, lo está y lo estará porque lo ha sido todo en la historia del Palma Futsal. Él ha sido el alma mater que nos ha llevado a todos de la mano» reconoce José Tirado, director general del club y persona de máxima confianza de Miquel. Un año después, el Palma Futsal mantiene su proyecto deportivo y social y justo viene de jugar la segunda final de su historia y la fundación, que ahora lleva el nombre de su creador, Fundació Miquel Jaume – Palma Futsal, ya ayuda a más de 1.700 deportistas de clubes y federaciones de Balears en el gran proyecto que puso en marcha para ayudar a todo el deporte balear a partir de la experiencia y los conocimientos.

«Nosotros siempre que hablamos de transformar el deporte ponemos como ejemplo el Palma Futsal por su capacidad de calar en la sociedad y convertirse en un referente. Es un modelo. Era el sueño de Miquel y lo quería cumplir. Siempre tuvo esa visión y lo consiguió» dice Javier Lozano, presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala. El proyecto del Palma Futsal trasciende fronteras. Pocos han llegado a entender como un club que nació de la nada, ha podido alcanzar un boom social desconocido hasta el momento. Es el milagro particular que consiguió Miquel Jaume tras 23 años de gestión deportiva. «Era un gran emprendedor y un innovador. Cuando fundó el club tenía clara una idea que fue desarrollando con el tiempo con el objetivo de llegar a lo más alto. Era un gran líder. Y muy ambicioso» explica Tomeu Quetglas, una de las personas más vinculadas a Miquel Jaume tras 67 años de intensa amistad y al que arrastró con él para unirse a su locura del Palma Futsal y del que es el actual presidente. Nadie mejor que él para coger el testigo.

Miquel Jaume y su Fisiomedia Manacor hicieron historia al conseguir el ascenso a la División de Honor, actual Primera División, siendo el primer equipo en la historia de Manacor que llegaba a la élite. «Su pasión fue ver como se hacía realidad y como crecía un proyecto personal. Esa era su pasión. Era lo que se propuso y le apasionaba ver que ese proyecto que salió de su cabeza se hizo tan grande» apunta su hija Maria Jaume. Antonio Vadillo, el actual entrenador, al que Miquel Jaume fichó como jugador hace más de veinte años, da un paso más: «Proyectó una película en la que nadie confiaba salvo Miquel Jaume». «Supo fomentar bien el deporte, llegar a la cantera y con eso sembró para el futuro que es lo que estamos viviendo ahora. Eso lo trabajó muy bien y ha llevado al crecimiento del club en todos los sentidos» asegura Miguelín.