Paula Barceló y Marcus Cooper Walz posan para este diario en Dalt Murada. | Pere Bota

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Son dos de los exponentes del deporte español y en sus manos están buena parte de las esperanzas de gloria olímpica para Baleares el próximo verano. Paula Barceló (Palma, 1996) y Marcus Cooper Walz (Oxford, Reino Unido, 1994) comparten un sueño y un objetivo. Ambos proceden de deportes de agua -vela y piragüismo-, son campeones del mundo y afrontan la gran cita de 2024 con el reto de subir al podio. En el caso de Paula, por primera vez tras quedarse a las puertas -fue cuarta- en Tokio, y para Marcus con la oportunidad de hacerlo por terceros Juegos consecutivos e incluso por partida doble.

Ambos disfrutan de la Navidad en Mallorca, con los suyos ante unos meses que se prevén «intensos» y que servirán para culminar el ciclo olímpico más corto. «Parece que fue ayer, pero ya estamos otra vez. Han sido tres años que han pasado volando», refería Paula Barceló, bronce en el pasado Mundial de 49erFX y que antes de viajar a Marsella, sede olímpica de París'24, estará de nuevo en la Isla para competir junto a Támara Echegoyen en el Trofeo SAR Princesa Sofía.

Paula y Marcus son referencias en la vela y el piragüismo. Ambos lograron clasificar a su clase (49erFX) y embarcación (K4 500) en un 2023 clave en sl camino hacia los Juegos. «Ya empiezas a notar el cosquilleo, esa sensación especial», refiere la regatista del Club Nàutic Arenal, a lo que apostilla el campeón olímpico en Río que «desde el primer día de la temporada, ya teníamos en mente el objetivo. Para mí, la competición empieza en ese momento».

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La regatista Paula Barceló y el piragüista Marcus Cooper Walz, ante la Seu. Foto: Pere Bota

«En este momento, ya no puedes tener la cabeza, deportivamente, en otra cosa. Son unos Juegos Olímpicos y son algo único y especial», explica Paula, a lo que asiente Marcus, que los define como «el evento más grande del mundo, donde están los mejores de cada deporte en un mismo lugar. La ciudad vive por y para los Juegos. Cuando lo vives, entiendes por qué todos quieren participar», asegura el palista del Real Club Náutico de Portopetro, oro en Río 2016 (K1 1.000 metros) y plata en Tokio 2021 (K4 500). «El aura que los envuelve los hace especiales...», afirma Paula.

En plena cuenta atrás, los dos se centran «en entrenar, en el día a día e intentar llegar en la mejor forma posible. Todo es preparación pura» para estar a punto a finales de julio. En la ceremonia inaugural del 26 de julio próximo, Marcus Cooper Walz se perfila como abanderado del equipo español, «algo que sería un orgullo», refiere el palista, que conversó con Paula Barceló de múltiples temas, preocupaciones o dudas que ambos comparten como deportistas de élite.

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Los dos han tenido un calendario paralelo rumbo a los Juegos, con la salvedad «de que esta vez han sido tres años, y no cinco», apunta Marcus. Para Barceló, el inicio fue más complicado a la hora de reiniciar la campaña olímpica junto a Támara Echegoyen, después de ser cuartas en aguas de Enoshima, a lo que añadió la necesidad de dar un empujón a sus estudios de Medicina, que entran en su recta final y espera culminar tras París 2024.

«Ayudó a tomar la decisión el que fuera un año menos de lo normal», relata Paula Barceló, quien confiesa que «costó convencer a Támara», pero apeló «a la ilusión» para renovar la esperanza de pelear por una medalla en Marsella. «El deporte de alto nivel te pide muchas cosas, sacrificios... pero también te las da. Cuando acaban los Juegos, echas en falta la adrenalina, esa motivación constante. Y nosotras nos forzamos un poco a sentir esas emociones para iniciar la campaña». Y ahí empezó un camino con medallas mundialistas y europeas para cerrar la plaza nominal para representar a España en la clase 49erFX.

Lanzada la cuenta atrás, los retos, metas e ilusiones de Marcus y Paula ya están definidos. En el caso del primero, le quedará ratificar su presencia en París dentro de un selectivo interno nacional, aunque sí tiene claro que se le presenta una gran oportunidad, más allá del honor de ser abanderado. «Tengo el objetivo de luchar por dos éxitos y dar lo mejor de mí en K4 500 y K2 500 metros», avanza el doble medallista olímpico. «El objetivo es doblar, y me lo planteo porque lo veo factible», espeta el piragüista, que traza ese plan «dentro de mi idea de superarme, ver dónde están mis límites».

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Marcus Cooper Walz y Paula Barceló, al pie de la Seu. Foto: Pere Bota

En una línea paralela se mueve Paula Barceló. La regatista recuerda que la cita de Tokio «fue una experiencia en todos los aspectos, pero ahora voy con una ambición extra», avisa. «Y con más ganas de conseguir el objetivo que es una medalla. Para eso nos preparamos, para tener la capacidad de poder pelear por ello una vez en Marsella», asegura la campeona mundial en 2020, que espera dar junto a Támara Echegoyen «el paso al frente que nos faltó en Tokio».

A los Juegos que se avecinan -26 de julio a 11 de agosto-, y al año que arranca le pide Marcus Cooper Walz «que no me condicionen ni me afecten factores que no pueda controlar yo directamente», a la ves que Paula Barceló desea «poder disfrutar del camino. El resultado, ya veremos cuál será, pero lo que quedará es esa senda hacia los Juegos. El resto, ya vendrá solo...».