Imagen del candidato a la presidencia del Real Club Náutico de Palma, Tomeu Berga. | Jaume Morey

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La candidatura de Tomeu Berga fue la primera en hacerse oficial al presentar 233 avales válidos y en su programa deja muy claro que su función principal en caso de recibir el apoyo de los socios es renovar la concesión del Real Club Náutico de Palma. «Ningún proyecto tiene sentido sin la concesión», remarca el aspirante, que también presenta ideas centradas en la parcela económica pensando en un hipotético concurso y acciones a corto y medio plazo encaminados a «mejorar el día a día del socio».

Tomeu Berga asegura que da un paso al frente porque se siente «respaldado» y porque muchos socios le han pedido que se presente. Vive el club, cuenta con la experiencia de haber ejercido como tesorero en la directiva de Javier Sanz y en los anteriores comicios sólo dos votos privaron de la presidencia al equipo en el que él concurría como vicepresidente. Ahora, entiende la dificultad de la empresa a la que se enfrenta y el riesgo que tiene: «Ojalá no suceda pero el presidente que salga puede ser el que entregue el club». «Tenemos que saber hasta que cantidad puede soportar el club y durante todo este tiempo hay que hacer lobby y convencer de que se saque cuanto antes una ley que tenga en cuenta la singularidad de los clubes náuticos», abunda.

Imagen del equipo de la candidatura que encabeza Tomeu Berga.

Ya ha mantenido una reunión con el presidente de la Autoridad Portuària de Balears (APB) para conocer el escenario en el que se encuentra el RCNP porque «todo está supeditado a la concesión por vía judicial». Berga destaca el trabajo que está realizando la Asociación de Clubes Náuticos y razona que «si no hay una ley de puertos que tenga en cuenta la singularidad de los clubes náuticos nos encaminamos hacia un concurso puro y duro». El diálogo en Madrid, con la APB y con los representantes institucionales son la vía a exprimir para llegar a buen puerto, pero, mientras, el trabajo también pasa por hacer viable otra alternativa encaminada al apartado «financiero y económico». «Hay que mantener la austeridad y el control de los gastos para preservar toda la tesorería y buscar fuentes de ingresos porque si renovamos el proyecto de 2015 o vamos a un concurso las arcas tienen que estar en la mejor situación posible para afrontarlo», argumenta.

Al mismo tiempo defiende que su proyecto ha priorizado «doce puntos para mejorar el día a día». Modificar los estatutos, un nuevo restaurador para la cafetería, zonas exclusivas para los socios, carnets con ventajas y descuentos o crear espacios de trabajo en el club son algunos de los puntos de un programa que pone el foco en el deporte, el medioambiente y la gente mayor. «Ofreceremos alternativas de deporte, salud y ocio para la gente mayor que se ha sentido huérfana y haremos que desde el club se pongan en contacto con ellos de forma personal minimizando los trámites digitales», comenta del mismo modo que señala la necesidad de abordar la problemática del aparcamiento de los pantalanes o el reciclaje de residuos. Sobre todo y sin obviar que presentan un programa de «responsabilidad social, compliance y medio ambiente», también quiere enfocarse en el deporte, que «es la razón de ser de los clubes náuticos», y prevé mejorar la oferta más allá de la vela y el piragüismo al mismo tiempo que planea contar con una vicepresidencia exclusiva de deporte para potenciar el proyecto.

Le sorprende que se hayan presentado tantas candidaturas y cree que se debe al «descontento» con la gestión de los últimos años. «También me sorprende por lo que viene por delante, ya que podría suceder que el presidente fuera el que entregara el club, por lo que es gente que desconoce lo que hay y los problemas que hay que afrontar», dice. Se muestra crítico con «candidaturas que están presentando proyectos faraónicos como una escuela de vela sin saber si tienes club náutico». «Es una candidatura continuista que ha llevado una estrategia que no ha sabido resolver el tema de la concesión», añade destacando que la comunicación de estos años «no ha sido correcta». «Los socios están despistados porque no saben hacia dónde vamos ni lo que está en juego tanto para el RCNP como para la sociedad balear. Sin información no se puede hacer fuerza y ha faltado para que la sociedad hiciera fuerza y hay un riesgo serio de perder el club», resume Tomeu Berga, que deja claro que llegados a un concurso público «lo tendremos difícil porque pueden venir fondos extranjeros y 955 amarres en Palma cuando no los hay en toda la costa balear, son un caramelo muy goloso».