Imagen de los exteriores del CTEIB, sede de la Fundació per a l'Esport Balear del Govern. | A. SEPULVEDA

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El que fuera gerente de la Fundació per a l’Esport Balear del Govern durante la etapa de Fanny Tur como consellera de Cultura, Participació i Esports, Pep Abrines, vio frenados por el propio equipo de Esports y la justicia ordinaria sus planes de mejorar su plaza dentro de la entidad y, en consecuencia, su salario durante su etapa en ese cargo de responsabilidad. Así lo refleja la sentencia emitida por el juzgado de lo social número 4 de Palma, cuyo recurso también fue desestimado posteriormente. Abrines fue presentado semanas atrás por el nuevo equipo gestor (PP) a los empleados de la Fundació como nuevo director de operaciones, trabajando de manera estrecha con el ahora gerente, Eladi Huertas, aunque en el periodo que comprendió entre septiembre de 2017 y agosto de 2019 estuvo al frente de la gerencia. Este asunto podría llegar en breve hasta el Parlament, ya que la nueva ubicación de Abrines se habría llevado a término sin procedimiento ni criterio de selección alguno y no figura en la RLT (Relació de Llocs de Treball). Todo, a la espera del nombramiento de un nuevo director adjunto de la Fundació y la apertura de un proceso para cubrir la dirección deportiva del Velòdrom Illes Balears, tras expirar el contrato de Joan Llaneras.

La sentencia explica que en enero de 2019, el por entonces gerente de la Fundació presentó una solicitud a la Dirección General de Presupuestos para «la autorización de modificación de la RLT, consistente entre otras cosas en la adecuación retributiva de dos puestos de trabajo», uno de los cuales era el de Abrines, ubicado en el organigrama como Enlace Técnico -actualmente Técnico en Promoción y Patrocinio-. Él mismo emitió un informe en julio de 2018, siendo gerente, proponiendo que su puesto de Enlace Técnico pasara a denominarse Cap de Negociat de Promoció i Patrocini «añadiendo los complementos de responsabilidad y dificultad técnica», que supondrían un sustancial incremento de sueldo.

En febrero de 2019, el director general de Presupuestos emitió un informe de los diversos aportados en el que, en referencia a los incrementos retibutivos de la plaza de Enlace Técnico, «no se analiza al haber presentado el gerente escrito solicitando la suspensión de la resolución del expediente con respecto a dicha plaza al ser él mismo el titular de la misma», e informando a la vez favorablemente de otra que se había tramitado a la par.

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Las reclamaciones presentadas por Abrines se dirigen desde el principio a la creación de un puesto de trabajo con el contenido y retribución que entiende que le corresponden por las funciones que realiza, no acreditando la sentencia «que las tareas del actor (Abrines) sean continuas, habituales y abarquen la totalidad o sus contenidos esenciales», apoyándose en el testimonio de personal de la Fundació, que afirmó en sede judicial que «no realizaba sus mismas funciones (ambos son facultativos superiores)» y que su responsable directo era uno de los citados a declarar», lo que condujo a la desestimación de la demanada en cuanto a la realización de funciones de superior categoría. Esos interrogatorios revelaron que Abrines asumió algunas funciones de técnicos superiores tras su salida, pero «ello no implica un aumento de la responsabilidad ni de la dificultad técnica, que no se han acreditado». Y, en referencia al importe solicitado, «se desconoce el fundamento del mismo, que no coincide ni con lo establecido en convenio, ni tan siquiera con los complementos que figuran en la propuesta de modificación de la RLT».

Esta situación, y la nueva ubicación de Abrines en la Fundació per a l’Esport Balear, han generado enorme malestar entre una parte importante de su personal. Incluso los representantes legales de los trabajadores fiscalizarán estos movimientos, con el fin de evitar que puedan llevar consigo un incremento salarial y algunos se niegan a mantener reuniones con el nuevo gerente en presencia de Abrines.

Incluso este asunto, focalizado en la figura del exgerente, podría llegar en breve al Parlament de les Illes Balears, ya que desde la oposición se prepara incluso una posible pregunta al respecto con el fin de aclarar una situación que ha generado incomodidad en la Fundació per a l’Esport Balear y sorpresa al conocer la noticia. Algo que se agrava toda vez que los responsables de la Direcció General y la Fundació eran sabedores de esta situación particular.

Durante su etapa en la gerencia, Abrines protagonizó un episodio que generó enorme revuelo, al intentar implantar una aplicación en los teléfonos móviles de los técnicos de la Fundació con el fin de controlar sus horarios de entrada y salida. La herramienta, que incluía un sistema de geolocalización de los titulares de los terminales, no pasó de una fase de pruebas, y dada la controversia y polémica generada y los errores que mostró, fue retirada.