Joan Llabata, fotografiado en el Hipódromo de Son Pardo la pasada semana. | M. À. Cañellas

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Joan Llabata (Capdepera, 1949) es el presidente de la Federació Balear de Trot desde 2010. Llabata aguarda con gran expectación e ilusión el fin de semana más importante del año con la disputa del Gran Premi, que este año cumple su 90 edición. La cita, este domingo en el Hipódromo de Son Pardo, aunque el sábado también habrá una interesante jornada de carreras.

¿Cuál es su primer recuerdo del Gran Premi?
—Lo recuerdo desde toda la vida. Primero como aficionado y luego como criador y propietario desde el año 1983.    Además, provengo de un pueblo, Capdepera, que es el único de Mallorca donde se siguen haciendo carreras por las fiestas desde creo que el año 1929.

¿Participa este año?
—No. Este año no. Nuestra cuadra, que está compuesta por tres socios, logró la victoria dos años, en 2014 y 2016, pero este año no tenemos caballo.

¿Por qué?
—Esto no se fabrica. A veces sale y a veces no y además hemos vendido algunos productos.

¿En qué momento se encuentra el mundo del ‘trot’?
—Creo que estamos pasando un buen período dentro de las dificultades. Durante la pandemia fuimos la disciplina deportiva que ha tenido menos parones y creo que sólo suspendimos durante una semana. Siempre podemos mejorar y nosotros siempre reivindicamos que el trote es una industria que da de comer al sector primario y como consumidores de él queremos que se tenga en cuenta.    Nosotros pertenecemos a la Unión Europea de Trote, que tiene 22 miembros, y siendo una comunidad de un millón de habitantes estamos por encima de países como Holanda, Austria, Suiza....

¿Cómo les ha afectado la guerra en Ucrania?
—La materia prima de piensos y forrajes ha subido entre un 15 y un 20 por ciento. Esto repercute en los bolsillos de los propietarios, pero haciendo un esfuerzo hemos podido mantener los premios.

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El trote también esta enganchando a los más jóvenes en los últimos años.
—Es cierto. Los niños empiezan a conducir ponis entre los 6 y los 13 años. Después de 13 a 16 hay unas carreras especiales y luego ya son aprendices a partir de 16 años. Cada día hay más porque es un mundo en el que los padres colaboran, se está al aire libre en contacto con la naturaleza y al aire libre.

¿Qué destacaría para el aficionado aparte del Gran Premi?
—Entre sábado y domingo habrá 15 carreras y el sábado destacaría la dedicada a Joan Verger Pocoví, en homenaje al expresident del Consell que fue el artífice de que se comprara este hipódromo, otra con algunos de los mejores ejemplares nacional y el domingo tendremos el Gran Premi de ponis el sábado para que los niños vean lo que es participar y competir.

¿Están contentos con las carreras matinales?
—Sí, las cifras han sido parecidas a antes d ella pandemia. Pero estamos esperando la aprobación del Govern para que se permitan las apuestas.

No parece muy lógico que se pueda apostar en otras carreras y no en éstas.
—Es que en política nada es lógico. No funcionan por lógicas. En este sentido es en el que estamos trabajando para intentar variar la situación.

¿Cuánto es de beneficioso que haya en Mallorca dos hipódromos?
—El de Manacor es la cuna del trote, es la esencia de este deporte, mientras que las de Palma son más comerciales y sirven para abastecer al resto de hipódromos.

¿Cómo está la lucha contra el ‘doping’?
—Hay muchos controles. Este año la federación se ha gastado más de 90.000 euros y sólo ha habido uno o dos positivos.