El nadador ‘solleric’ Joan Lluís Pons posa para este diario en la iglesia de Sant Bartomeu. | Teresa Ayuga

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Es un seguro de vida en su distancia de referencia, pero él quiere más. Joanllu Pons (Sóller, 1996) ya ha hecho los deberes, y con la mínima olímpica en 400 estilos bajo el brazo, destila ilusión y ambición en la cuenta atrás hacia los que serán sus segundos Juegos. Tras sorprender en Río 2016 con su final y diploma, ahora quiere más. Pero antes tendrá un test de entidad en el Europeo de Budapest, una ocasión en la que quiere aprovechar el nivel de los rivales para intentar una segunda mínima en los 200 estilos.

«Me gustaría nadar dos pruebas en Tokio para tener más variedad y que no se acabe todo enseguida», comenta Pons, que estos días carga pilas junto a sus más allegados en Sóller y encara unas semanas «llenas de ilusión, pues para mí es muy bonito poder entrenar con un objetivo como son unos Juegos Olímpicos en el horizonte. Es un estímulo muy fuerte para afrontar el día a día», refiere el nadador del Sant Andreu, que no se cansa de recibir felicitaciones y ánimos por parte de sus vecinos y conocidos, que tienen en Joanllu a un referente en la capital de la Vall.

Confianza

Refrendar esa mínima que logró antes de que se modificaran los criterios le dio «una buena dosis de tranquilidad», aunque ya desde la Federación Española le transmitieron un mensaje de confianza. «Aunque no estuviera muy de acuerdo con esos criterior, quería hacerlo. Para demostrarme que estoy bien y fuerte. Y, ahora, el objetivo es mantener y mejorar esas buenas sensaciones en las semanas que se avecinan», refiere Pons.

A punto de cerrar un ciclo olímpico más largo de lo esperado, el nadador solleric se muestra «contento», especialmente «porque he aprendido a competir a nivel internacional».

Y ahí, el test que se avecina será clave en su puesta a punto para los Juegos de Tokio. Afronta Pons el Europeo de Budapest (17 a 23 de mayo) como «una buena oportunidad, pues llevamos 20 meses sin participar en una gran cita internacional. Será lo más parecido a los Juegos de aquí a Tokio. Y en Europa hay nivel en 400 estilos, especialmente en Hungría, cuyos nadadores querrán hacerlo bien», comenta el deportista, bronce en el Europeo de 2019 y cuarto en el último Mundial en 400 estilos, quien tiene ganas de probarse «pues hace tiempo que no tengo un pulso con nadie. E ir al Europeo y luchar por medalla será una buena noticia y un aliciente más para Tokio. Llegar a los Juegos con una medalla o una buena marca europea será positivo. Y si allí voy al 100%, podré saber dónde se puede mejorar o arañar alguna décima o centésima más pensando en el verano», añade Joanllu Pons, quien celebra la presencia en el Europeo de Aina Hierro (campeona de España de 100 mariposa y que nadará el 4x100 estilos) y de Catalina Corró, en su misma prueba, aunque lamenta que Sergio de Celis no pueda tener esa oportunidad.

Alternativa

Mirando hacia Tokio, sabe que «muchas miradas estarán pendientes de mí. Y yo voy a repetir final e intentar pelear por una medalla. En el Europeo y en los Juegos, en los que el cambio horario y de la finales será «una parte más de la competición. El que mejor se adapte, ganará unas décimas al resto», asegura Joanllu. Asentado entre la élite mundial de los 400 estilos, el 200 -que nadará en Budapest a la caza de mínima olímpica- es otro reto. «Estoy fuerte y quiero probarlo», advierte, con los 200 mariposa en la recámara. «Ahora, toca disfrutar el final del camino a Tokio», dice sonriente.