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Miquel Alzamora Todos los equipos de Primera tienen su talón de Aquiles en forma de estadio maldito. El Mallorca tiene tres, el Sadar, Mestalla y recientemente el Lluís Companys. Hoy el once balear juega en Montjuïc ante el Espanyol (17.00 horas) y lo hace con el reto de romper la estadística negativa que refleja seis derrotas consecutivas. Desde la temporada 00-01 el once rojillo no puntúa en la 'montaña mágica' y hoy afronta el desafío de cambiar la historia.

Es un buen momento por dos aspectos fundamentales, primero porque los baleares pueden beneficiarse de la inercia de resultados positivos que vienen encadenando desde hace nueve jornadas y segundo porque el equipo blanquiazul se presenta sin Kameni, Iván de la Peña y Tamudo. Demasiado para un equipo que anda justo en esta segunda vuelta de campeonato. Por ahí han ganado equipos como el Betis, Recreativo o Sevilla y ahora quien lo intentará será el once de Gregorio Manzano.

El técnico andaluz aspira a conseguir la décima jornada de imbatibilidad igualando de esta forma el registro de la temporada 89-90. Y es que los baleares, pese a lo problemas de bajas que han debido afrontar prácticamente durante toda la temporada, exhiben unos números de imbatibilidad extraordinarios. No pierde, le cuesta horrores ganar y casi siempre empata. Son trece las igualadas que ha logrado el equipo esta campaña y ahora la situación invita a mantener esta inercia y no salir de vacío del estadio Lluís Companys.