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Hace exactamente 38 jornadas, una temporada completa, Gregorio Manzano asumía el reto de rescatar al Mallorca de los infiernos. En aquel vigésimo cuarto capítulo de la Liga, el grupo balear triunfaba en Málaga (0-2) en el principio de su resurrección. Hoy, en Villarreal, el bloque isleño se encuentra de nuevo llamando a las puertas del infierno y una derrota le puede empujar a las cavernas un año después (17.00 horas, El Madrigal).

El Mallorca necesita una inyección de moral para reanimarse y levantar la cabeza. Después de una semana marcada por los ecos de la derrota en Montjuic, la falta de gol y la fragilidad defensiva, el grupo de Gregorio Manzano afronta un nuevo capítulo de la rutina liguera con la obligación de taponar alguna de las numerosas grietas que se han abierto últimamente a su alrededor. El cuadro balear visita la base de operaciones de un Villarreal desconocido y con el crédito bajo mínimos, pero todo lo que no sea puntuar en El Madrigal puede empinar más de la cuenta la clasificación y agravar de forma notable la crisis.

El conjunto isleño lleva ya mucho tiempo anclado en la vulgaridad y aunque por momentos ha exhibido esa capacidad de reacción que habitualmente se le niega, continúa siendo un bloque muy intermitente. A su arrebato de orgullo en casa ante el Zaragoza, le sucedió una función llena de conformismo frente al Espanyol y el entorno se ha resentido.