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Gregorio Manzano tiene un nuevo objetivo. Una vez solventados los problemas del Mallorca en su propio terreno de juego, el técnico jienense pretende que sus jugadores conserven la moral adquirida después de tumbar al Zaragoza y que la empleen para romper la tendencia habitual de esta temporada. El conjunto balear, que ha sido incapaz de conectar dos triunfos a lo largo de la presente campaña, puede dar un salto de calidad importantísimo si acaba con esa dinámica tan destructiva y el preparador andaluz quiere aprovecharlo. «Hemos roto el maleficio de los partidos partidos consecutivos en casa y espero que ahora rompamos el de los dos triunfos seguidos en general. No va a ser fácil, pero estoy esperanzado y creo que el equipo va a hacer un buen partido», argumenta el de Bailén.

A la hora de radiografiar al Espanyol, Manzano tiene en cuenta que se trata de una formación perfectamente cualificada para poner en aprietos a cualquier adversario: «Está trabajando muy bien, tanto en el campeonato como en la UEFA, y tiene grandes jugadores, buenos definidores, buenos futbolistas de banda, de contención, creativos, con finalización... Pero nosotros saldremos con mucha moral y con ganas de vencer», advierte.

El máximo responsable de la plantilla mallorquinista cree que el triunfo de la semana pasada resultó fundamental para rebajar la tensión de los últimos tiempos y considera que ayudará al equipo a jugar de forma distinta ante el Espanyol, ya que la presión se ha difuminado: «Después de haber sumado los tres puntos contra el Zaragoza se viaja de forma distinta. No con comodidad, porque no podemos permitírnoslo, pero si con menos angustia y con el deseo de afrontar los dos partidos (Espanyol y Villarreal) que nos vienen con valentía. Son dos rivales con mucho potencial, pero los tenemos muy cerca».

En esa dirección, Manzano no olvida que la primera mitad de la clasificación está ahora tan cerca como los puestos de descenso y no renuncia a colarse entre los mejores equipos de la Liga si logra hilvanar una serie de resultados positivos: «Estamos intentando sumar puntos en este tramo de la competición para escapar de la quema cuanto antes. El noveno puesto está a la vuelta de la esquina, sólo a cuatro puntos, y eso no es nada. No estamos muy alejados de una zona muy bonita para nuestras aspiraciones, ni muy lejos del peligro». El entrenador jienense destacó además que tanto él como los médicos del club van a intentar recuperar a Juan Arango antes de viajar a Barcelona, aunque reconoce que se trata de una misión especialmente complicada, ya que el venezolano ha trabajado a un ritmo muy inferior durante la semana por culpa de una elongación. «Vamos a esperar hasta el último momento para ver si podemos recuperarle. Si hay alguna opción, aunque sea mínima, lo intentaremos. Es un jugador importante en la parcela ofensiva, aunque no atraviesa por un buen momento. Con él o sin él, trataremos de sacar el partido adelante», recuerda el técnico. «A medida que avanza el campeonato empiezan a aparecer contratiempos de distinta índole, pero no sólo en nuestro equipo, sino en todos. Estamos en el séptimo mes de trabajo y son más frecuentes las lesiones y las sanciones. Es aquí donde se observa la profundidad de las plantillas y las garantías de la misma», añadía. La otra baja significativa del fin de semana es la del argentino Ariel Ibagaza, aunque Manzano reconoció ayer que su vacante será cubierta por el serbio Bosko Jankovic, que se ha ganado a pulso la titularidad gracias a sus últimas actuaciones en el torneo doméstico.