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Carlos Montes de Oca|TARRAGONA
Gregorio Manzano recuperó ayer la sonrisa en Tarragona. Después de una semana intensa y agitada en la que el vestuario se resintió de la goleada encajada frente al Barcelona, el Mallorca volvió a la senda del triunfo tras casi un mes de sequía y se aseguró tres merecidos puntos que le acomodan en la zona templada de la clasificación con trece puntos en el bolsillo y una gran perspectiva por delante.

El técnico destacó por encima de todo la actitud que exhibieron sus futbolistas en los momentos más complicados del choque: «Se trata de una victoria muy importante por todo lo que se ha hecho durante el partido. Hemos creído en ella desde el primer minuto y podíamos haber tenido una primera mitad mucho más cómoda caso de haber materializado algunas de las oportunidades que hemos tenido. Después, incomprensiblemente, nos fuimos al descanso perdiendo. Sin embargo, el equipo creía en la victoria y afrontó el segundo tiempo sin temor, con la intención de ir a por el partido». El preparador bermellón insistió en que «después de empatar mantuvimos esa misma idea y por lo tanto, nuestra fe, nuestro esfuerzo y nuestro trabajo. Creíamos en nosotros y eso al final ha sido decisivo. Desde mi punto de vista, es un resultado justo por cómo se ha desarrollado el encuentro».

El entrenador de los baleares desveló también el mensaje que le había lanzado a sus hombres durante el tiempo de descanso: «Simplemente les dije que siguieran creyendo en su trabajo, porque el gol acabaría llegando. Logicamente, si necesitamos cuatro ocasiones para materializar una, tendríamos que generarlas. Teníamos que ir a por el triunfo y los jugadores lo sabían. Tres goles fuera de casa son importantes, sobre todo fuera de casa y en nuestra situación. Eso delata que el equipo va cogiendo confianza poco a poco y que el problema podría estar cerca de solucionarse», relataba.

El Mallorca logró acabar en tierras catalanas con su mala racha de cara a portería y en sólo noventa minutos anotó la mitad de los goles que había firmado hasta ahora en todo el campeonato. En esa dirección, el entrenador explicaba que «siempre he dicho que creo que tenemos jugadores para hacer gol. Hoy (por ayer) hemos podido hacer uno a balón parado, que siempre se nos había negado o alguno de fuera del área, pero en todas las facetas hemos tenido ocasiones de gol. Evidentemente me gustaría marcar más goles, pero parece que hemos roto la mala racha en Tarragona y espero que a partir de ahora no tengamos más problemas en ese aspecto», comentaba el técnico rojillo.

Otro de los temas estrella de su comparecencia en la sala de prensa del Nou Estadi fue la sorprendente suplencia de Juan Arango, que no veía empezar un partido desde el banquillo desde el pasado 15 de enero, cuando Cúper era el responsable de la plantilla isleña: «He decidido contar con los que he puesto desde principio, y me alegro de haber encontrado el camino hacia la portería. Me voy muy contento también con Arango y su gol porque creo que le hacía falta volver a acertar en su especialidad. Su entrada en el campo y su participación han sido determinantes para el desenlace del partido. Los jugadores que, como él, se alimentan del gol pueden generar ciertas dudas si no los consiguen, pero esto nos viene muy bien y nos subirá la autoestima y la moral de cara al futuro».

El que no termina de arrancar es Diego Tristán. El delantero sevillano, que ayer fue titular formando pareja de ataque con Víctor Casadesús, sigue sin estrenar su casillero de goles, aunque eso no parece inquietar demasiado al preparador jienense: «Todo llegará. Ya han llegado los goles y pronto aparecerá también Diego, no tengo dudas», sentenciaba.

Por su parte, el entrenador del Gimnàstic, Luis César, daba por justa la victoria del Mallorca en el Nou Estadi comentando que su equipo había hecho un mal partido. Sin embargo, el gallego mantiene la esperanza de sacar la situación adelante porque quedan muchos puntos en juego: «Entre otras cosas nos ha faltado contundencia, pero creo que hemos sido peores en los noventa minutos que el Mallorca», subrayaba el técnico, quien añadía que «hemos sido inferiores en el juego y en el marcador. Hemos marcado de jugada esporádica, pero no hemos merecido la victoria».

El preparador no quería valorar la posibilidad de ser destituido como entrenador del equipo tarraconense -«eso preguntádselo a los que mandan», espetaba-. «Estamos vivos, pero cada vez tenemos menos partidos y la Liga pasa. Mis jugadores están tristes, porque podríamos estar cerca de la zona de permanencia y todavía no lo hemos conseguido», afirmaba apesadumbrado el de Villagarcía.

Posibilidades
Según el punto de vista del preparador, «el año pasado el Málaga tenía 15 puntos a estas alturas, y el Cádiz 15. El Athletic era el colista con siete puntos y fue el que se salvó, así que lo nuestro es posible también».

El técnico tampoco quiso hacer comparaciones con otros partidos anteriores y explicó que «cada encuentro es una historia, tiene su vida. El Mallorca de hoy, por ejemplo, no tiene nada que ver con el de la semana pasada, pero tampoco nosotros somos los mismos».

Sobre los cambios que descompusieron al equipo local, el gallego argumentaba que «con 1-0 no me gustaba lo que estaba viendo y por eso he hecho esos cambios. Veo soluciones, pero destaco que la temporada pasada a estas alturas había equipos que estaban a ocho puntos de la salvación y consiguieron mantenerse. No podemos bajar los brazos tan pronto y tenemos que mirar hacia adelante con cierta esperanza porque aún tenemos mucho que decir».