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Una entrada, una reincorporación y tres salidas. El Mallorca echó ayer el candado al vestuario del curso 2004-05 con la incorporación del portero holandés Sander Westerveld, cedido por la Real Sociedad hasta el final de la presente temporada, la inscripción de Fernando Petete Correa y las bajas del centrocampista Txomin Nagore, que jugará esta campaña en el Celta de Vigo, del delantero holandés Arnold Bruggink, que ha rescindido contrato, y del central Mario Àlvarez, que recala en el Valladolid.

Hasta escasos minutos antes de que se cerrara el plazo, que finalizó a las doce de la noche, el club buceó en las profundidades del mercado en busca de un delantero de perfil alto, pero esa guinda se quedó en el cuaderno de la secretaría técnica. A cambio, el club inscribió al delantero uruguayo Fernando Correa. Suspendido un año por dar positivo por un derivado de la cocaína en un partido con la selección uruguaya, el club confía en que la sanción quede reducida a seis meses, por lo que Benito Floro podría contar con él el próximo mes de octubre.

Otro de los rumores que recorrieron los pasillos de la Liga de Fútbol Profesional en los últimos minutos, cargados de nervios, tensión y representantes, apuntó a Fernando Niño. El nombre del central gaditano estuvo sobre la mesa del Deportivo hasta el último momento, pero al final no llegó la oferta del club gallego.

La incorporación de Sander Westerveld (23-10-74, Holanda) cubre una de las necesidades de Benito Floro, que había solicitado un portero de garantías para competir por la titularidad con el mallorquín Miquel Angel Moyà. En este caso, el principal perjudicado es Alberto Cifuentes, repescado este verano del Ciudad de Murcia y que volverá a ser una temporada más el tercer portero.

La primera opción que se fijó el club fue el madrileño Ricardo López. Las exigencias económicas del propio jugador y de su club, el Manchester United, obligaron al Mallorca a un cambio de rumbo. Entonces, el nombre del internacional holandés encabezó la terna de aspirantes por delante del argentino Pablo Cavallero, del Celta.

Westerveld, de 190 centímetros y 88 kilos de peso, debutó en la Primera División holandesa con el Twente en la temproada 1994-95. Posteriormente pasó al Vitesse para recalar en la Premier League, en concreto en el Liverpool, en el verano de 1999. La Real Sociedad se fijó en él al inicio de la Liga 2001-02 y después de completar tres buenas campañas, sobre todo hace dos años, cuando el conjunto vasco peleó por el título de Liga hasta la última jornada, pasó de ser titular indiscutible a transferible tras la irrupción de Asier Riesgo, compañero de Miquel Angel Moyà en la selección nacional sub-21.

La cesión de Westerveld se cerró entre las ocho y las diez de la noche después de una conversación telefónica entre Mateo Alemany y José Luis Astiazarán. A pesar de que el presidente realista había comunicado oficialmente que Westerveld iba a ser inscrito como jugador de la Real Sociedad, unas horas después se concretó su pase al Mallorca. Westerveld, que acudió a la Eurocopa de Portugal como tercer portero de Holanda, había recibido ofertas del Manchester City y del PSV Eindhoven, si bien siempre había declarado su intención de recalar en la isla. El Mallorca se hará cargo del 70% de la ficha del jugador, que asciende a un millón de euros, y si el club decide hacerse con la propiedad del jugador a final de temporada, deberá indemnizar a la Real con una cantidad económica.

En el capítulo de bajas, sorprendió la rescisión de contrato del delantero holandés Arnold Bruggink, cuya vinculación con el club balear expiraba el 30 de junio de 2005 con opción a una más. Bruggink, tercer máximo realizador del Mallorca la pasada temporada a pesar de su condición de suplente, recibió ofertas de Sporting de Gijón y Celta, pero no se concretó ninguna y posiblemente regrese a su país.

Txomin Nagore, por su parte, jugará la próxima temporada en el Celta de Vigo en calidad de cedido, tras no fructificar su pase al Espanyol.