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El idilio entre el Caja Madrid Derbi Racing Team y Jorge Lorenzo se va a prolongar a lo largo de todo el año 2004, después de que el joven piloto mallorquín y la prestigiosa escudería -la misma que le dio la alternativa en el Mundial- hayan apalabrado la renovación del contrato que finaliza en breve por espacio de una temporada, sin cerrar la posibilidad a una opción más amplia. Los excelentes resultados de Lorenzo, que ha logrado una victoria en el Gran Premio de Brasil y una tercera plaza en Malasia, además de una pole position y una larga serie de primeras líneas, han permitido a Derbi regresar a la cúspide del motociclismo de la mano de una de las más firmes promesas del motociclismo español y universal.

El acuerdo está pendiente de la firma, pero el responsable del Caja Madrid Derbi Racing Team, Giampiero Sacchi, por una parte, y Dani Amatriaín y Chicho Lorenzo, por otra, han pactado la continuidad de Jorge en la disciplina del equipo español, acallando todos los rumores que apuntaban hacia Honda. Las conversaciones estaban avanzadas desde finales del verano, incluso antes de obtener el triunfo en el circuito Nelson Piquet de Río de Janeiro, y la buena intención por ambas partes ha facilitado el entendimiento. De esta manera, Jorge Lorenzo se convierte en el líder de Derbi y en la «gran apuesta, la definitiva» de la escudería, según señaló a esta redacción uno de sus responsables. Emilio Alzamora tiene muy complicada su continuidad y se busca en el mercado compañero para el piloto balear, que en la temporada 2004 está llamado a luchar por el título mundial de 125 centímetros cúbicos.

El salto al cuarto de litro aún es prematuro y Derbi es un buen escenario para que Jorge Lorenzo siga madurando. El grueso de la escudería se encuentra en Australia preparando el penúltimo Gran Premio de la temporada, que se cerrará el dos de noviembre en el circuito de Cheste con motivo de la disputa del Gran Premio de la Comunitat Valenciana, el último trámite antes de unas merecidas vacaciones. Lorenzo se muestra feliz por tener su futuro asegurado, pero tiene ganas «de volver a dar guerra en Phillip Island y Valencia. Me encuentro a gusto con la gente y sobre la máquina. Es un placer luchar con el grupo de cabeza por ganar», aseguró Lorenzo, quien siempre ha tenido palabras de elogio para sus mecánicos y para el grueso de los integrantes de la escudería Caja Madrid Derbi Racing Team «sin los que sería difícil haber podido conseguir estos resultados. En buena parte es culpa suya también. En este entorno da gusto trabajar», añadió el piloto mallorquín, que con dieciséis años forma parte de una generación dorada en la que nombres como los de Héctor Barberá o Dani Pedrosa ya comparten con él las sensaciones de haber subido a lo más alto del podio. Lorenzo lo tiene claro y las «balas rojas» de Derbi son las máquinas adecuadas para ganar.