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El Ros Casares Valencia logró sobre el parqué del Príncipe Felipe de Zaragoza su segunda Copa de la Reina consecutiva. Una de las principales artífices del éxito del grupo de Esteban Albert fue una mallorquina que es pieza básica en la selección española absoluta. Marta Fernández ha logrado sumar un nuevo título a una trayectoria deslumbrante y, para redondear un fin de semana de gloria, fue elegida MVP de la final. Todo un precedente para el baloncesto femenino mallorquín forjado a raíz de los 24 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias ante el Barcelona (70-81) que la llevaron a ser considerada la jugadora más resolutiva del equipo con mayor caché de la Liga Femenina.

La escolta internacional, de 21 años y que en el Mundial de China entró de lleno en los planes de Vicente Rodríguez, se formó en las categorías inferiores del Sant Josep. Desde la entidad colegial dio el salto al Segle XXI, plataforma previa al Ros Casares, en el que lleva casi cuatro temporadas en las que los títulos y las celebraciones se han convertido en habituales. Sin tiempo casi para disfrutar de la Copa, Marta y sus compañeras han viajado hacia Francia, donde esta tarde (19:45 horas) se miden al Valenciennes en el primer encuentro de los cuartos de final de la Euroliga. Seis partidos en nueve días aguardan a las levantinas, pero a Marta Fernández siempre le va a quedar guardada en la memoria una Copa de la Reina en la que también tomó parte el Puig d'en Valls ibicenco. «Jugamos a un gran nivel. Todo el equipo estuvo concentrado y nuestra intensidad sirvió para no fallar en ningún momento pese a que el Barcelona realizó un muy buen partido», comentó Marta, quien comparte vestuario con nombres de la talla de Ingrid Pons y Amaya Valdemoro.

Mantener la concentración durante los tres partidos ha resultado complicado después de una temporada de gran exigencia para un Ros Casares Valencia que tiene en la Euroliga un objetivo preeminente. «Es una competición exigente, pero vamos paso a paso y seguimos el camino adecuado. Sería un sueño hecho realidad, pues es un título que está al alcance de muy pocas jugadoras. Hay que estar al máximo nivel, al igual que en la Copa. Pero para nosotras, el potencial de las rivales es una motivación añadida. Cuanto más difícil de superar es un rival, más concentrada sales a la pista y eso se refleja en el rendimiento del equipo. Es inevitable», añadió.