Sergio Kresic habló ayer una hora con sus jugadores y después dirigió el entrenamiento. Foto: TOMÁS MONSERRAT.

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Sergio Kresic y sus jugadores mantuvieron ayer una reunión de más de una hora de duración y cerraron filas en torno a una situación deportiva que vuelve a ser dramática pero que puede revertirse ganando el sábado al Valencia. El técnico y sus jugadores hablaron de los errores cometidos en Riazor, de la necesidad de aislarse lo máximo del entorno durante esta semana y del trabajo intenso que tienen que desarrollar de aquí al sábado.

La charla llamó la atención por lo duradera que fue pero también es cierto que el entrenador croata suele hablar mucho con sus profesionales en la primera sesión de trabajo independientemente del marcador conseguido la jornada anterior. Sin embargo, el hecho de caer como se cayó ante el Deportivo ha supuesto que las aguas vuelvan a estar muy revueltas en torno al equipo pese a que los jugadores intentan transmitir un mensaje de serenidad y, a su vez, quieren dotar de una dosis mayor de confianza a toda la afición mallorquinista.

El choque contra el colíder de Primera División llega en un momento difícil para el Mallorca y que choca frontalmente con la dulce trayectoria por la que atraviesa el Valencia. Las líneas que marcan ambos equipos son diametralmente opuestas, el estado de ánimo de las escuadras también es diferente pero en la caseta bermellona no se da el partido por perdido antes de que empiece a rodar el balón. Samuel Eto'o se manifestó ayer con meridiana claridad cuando fue interrogado por este próximo compromiso liguero. «Que nadie piense que nos temblarán las piernas por el hecho de que venga el Valencia. Le respetamos, es un equipo grande y se juega mucho pero nosotros nos jugamos muchísimo, nos jugamos la permanencia», recordó el delantero del Real Mallorca.

La mayoría de integrantes de la plantilla intentan llevar lo mejor posible esta situación crítica y a partir de hoy mismo no quedará más remedio que intentar levantar la cabeza y creer firmemente en que no es una quimera el pensar en la victoria contra el Valencia de Rafa Benítez. Buscar un punto de optimismo no es fácil pero es necesario ya que un patinazo el sábado en Son Moix sería precipitarse más hacia el abismo de Segunda. El partido será televisado en abierto, el rival tiene mucho nombre y las últimas críticas que ha recibido el plantel han dañado a unos jugadores que se exigen resarcirse de inmediato.

La de ayer, al margen de la charla, no fue una sesión diferente a la demás. No hubo tampoco más sonrisas de las necesarias y el grupo se puso a trabajar y a contar el tiempo que falta para que arranca el encuentro contra la escuadra valencianista. Hoy y mañana el entrenador permitirá la entrada a las sesiones de trabajo y a partir del jueves cerrará las puertas de Son Bibiloni con la intención de trabajar a solas y sin que nada ni nadie desvíe la atención. El sábado el Mallorca se juega los puntos más importantes de año.