TW
0

El ingreso de Toni Martorell en la junta directiva del Constància ha coincidido con la aparición de nuevos vocablos en los despachos del Nou Camp d'Inca. Ha sido el primer dirigente en crear la figura del director técnico en un equipo de Tercera y ahora ha diseñado un ambicioso proyecto que debe derivar en la creación de una sociedad limitada que gestione y administre el club. El presidente se desplazó la semana anterior a Madrid para contratar los servicios de un bufete de abogados que ya está trabajando en la creación de una S.L. y una fundación paralelas a la entidad deportiva y que debe ver la luz en mayo de 2001.

El Constància pretende moverse sobre tres ejes: club, fundación y sociedad limitada. La intención de la directiva inquense es la de transformar la actual estructura amateur en una empresarial y para ello ha expuesto un plan que debe ejecutar en un plazo de dos o tres años. «Es el primer paso para crear una sociedad anónima», explicaba Antoni Martorell. «Es la única salida que tiene el fútbol de Inca y para eso trabajamos. Hay un bufete de abogados que ya está gestionando la operación para que jurídicamente tenga validez. Sabemos que no podemos convertir el club en una sociedad limitada, por lo que tendrá que estar al margen del Constància y a su vez gestionar y administrar la entidad».

Martorell aseguraba que hay una serie de inversores interesados en poner capital en la futura sociedad limitada y explicaba que «nuestra intención es la de sentar las bases de un proyecto sólido y que el club funcione como una empresa. Cuando se constituya esta sociedad algunos directivos serán profesionales y otros estarán en la fundación y será entonces cuando le otorgaremos la importancia que tiene a la trayectoria deportiva del equipo. De momento, lo único que me preocupa es la sociedad limitada».