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EFE - SALAMANCA
El viento y como consecuencia de ello los abanicos, pueden ser los protagonistas de excepción de una jornada, la séptima, que se debe considerar de transición ante la gran cita del día siguiente con el temido coloso del Angliru, en el Principado de Asturias.

Serán 217 kilómetros prácticamente llanos entre Salamanca y León, sin una sóla incidencia montañosa y con el único aliciente de los «puntos calientes» bonificados, que disfrutarán de tal condición por última vez en esta edición de la Vuelta, pues a partir de la tan cacareada etapa del Angliru dejan de adjudicarse segundos de bonificación en las metas volantes.

Esta será la decimonovena ocasión en la que la ronda española de ciclismo rinda cuentas de una de sus jornadas por las calles de León, adonde llegó por última vez el pasado año, cuando ganó al esprint el alemán Marcel Wust.