TW
0

Arbúcies sigue reparando daños. Su mano empieza a notarse. En apenas un mes, el Bàsquet Inca ha sufrido una mutación fácilmente perceptible sobre la pista y que ha arrojado los primeros dividendos. De hecho, el técnico mallorquín en sólo cuatro partidos ha obtenido el mismo número de victorias "dos en cuatro partidos" que Jaume Ventura Sala en algo más de media temporada. Ahora el equipo tiene un plan, juega a algo, y ha dejado de ser el esperpento de la categoría.

La receta de Arbúcies no esconde grandes misterios. El preparador mallorquín, que encontró un legado ruinoso, ha intentado empezar de cero e intentar inculcar mentalidad defensiva a un grupo acostumbrado a no hacer nada. Menorca Bàsquet, un equipo en clara línea ascendente y que se codea con la flor y nata de la LEB, pudo comprobarlo.

El nuevo entrenador también ha variado sustancialmente la vida de la plantilla. El equipo trabaja ahora cada día mañana y tarde; las sesiones de entrenamiento son más intensas y ningún jugador abandona la pista sin la necesidad de no tener que pasar por la ducha. «Nunca había entrenado tan poco como en el Bàsquet Inca», llegaron a comentar varios miembros del equipo durante la estancia de Jaume Ventura.

El equipo afronta ahora los partidos con información del rival. Las sesiones de vídeo han cobrado importancia y cada jugador sabe lo que tiene que hacer sobre la pista. Se conocen los sistemas de juego del equipo contrario, las virtudes y los defectos y las sorpresas son mínimas. Arbúcies cuida los detalles y aboga por el trabajo, aspectos que la directiva del club valora sobremanera. En su discurso, las excusas tienen poca cabida y su trato con todos los miembros del club y su entorno es exquisito. Su antecesor en el cargo mantenía disputas con directivos, entrenadores, aficionados y periodistas.