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Defensa y transición. Pep Miquel Arbúcies apuesta por un cambio de discurso absoluto y trabaja sobre un plan de rehabilitación muy concreto. El nuevo técnico del Bàsquet Inca ya ha advertido al plantel que es imprescindible corregir la actitud en el sentido más estricto de la palabra, aunque especialmente cuando el rival maneje el esférico. Arbúcies quiere un equipo agresivo en defensa y que sorprenda por su velocidad en el trayecto hacia el aro rival. La receta del entrenador mallorquín guiña al baloncesto de siempre, al más clásico, pero también exige el control del rebote y ahí parece estar el principal inconveniente.

Bàsquet Inca tiene pocos argumentos dentro de la pintura, está huérfano de jugadores que dominen la faceta reboteadora.
Pese a que el tratado de intenciones de Pep Miquel Arbúcies habla de buena defensa y contrataque, el juego estático no quedará relegado a un segundo plano. El equipo dispone de poco tiempo para asimilar un volumen importante, pero si para tener respuestas claras ante situaciones muy concretas. La llegada de Thomas Adams, entre otras cosas, ha potenciado el juego exterior del Bàsquet Inca y cuando la tesitura lo requiera el equipo debe mover el balón de tiro y encontrar situaciones cómodas. Nacho Castellanos seguirá siendo un jugador importante en ataque, al igual que Alberto Alzamora. Michael Jennings también tiene poco tiempo. O mejora su rendimiento y aparca su irregularidad o el nuevo pívot ocupará plaza de extranjero.