El piloto Augusto Fernández posa para la entrevista con este diario. | Jaume Morey

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Una mezcla de ambición, ilusión y responsabilidad es lo que destila Augusto Fernández ante una temporada clave para su futuro en el Mundial de motociclismo. A sus 24 años, lucirá su inconfundible 37 en el carenado de la máquina campeona de Moto2 en 2021, heredando la estructura de Remy Gardner y con un objetivo muy claro: «Voy a por el título», afirma con claridad y rotundidad quien compartirá box en el Red Bull KTM Ajo con el mediático Pedro Acosta, monarca vigente de Moto3.

Con la Seu de fondo y en el marco del Nivia Born Boutique Hotel, el piloto mallorquín ya tiene ganas de iniciar una temporada que, espera, «sea la del retorno a la normalidad. Tenemos un calendario con veintiuna carreras y ojalá lo podamos cumplir y podamos regresar a Asia y Australia, pues en 2021 pudimos tener un Gran Premio en Austin». Lo que sí desea es que el curso 2022 que volverá a arrancar en Catar el 6 de marzo próximo «tenga otro final», respecto al pasado año. «Llegamos a un equipo campeón del mundo y el cambio me hace ver las cosas más claras», refiere el de Pina, con «ganas de empezar» y consciente de que «vamos por el buen camino».

Está motivado Augusto en su nueva etapa en KTM y sabe que «lo tenemos todo para hacer un buen año y luchar por el título. No me marco otro objetivo», prosigue luciendo los nuevos colores de su equipo en 2022, un año en el que los movimientos de cara a la siguiente temporada van a ser constantes en MotoGP, algo en lo que «prefiero no centrarme y gastar energías», pues las focaliza todas en ser campeón del mundo de Moto2. «Creo que tengo una muy buena oportunidad».

Él mismo será su primer rival, aunque espera dar su mejor versión, apoyado en su experiencia en la cilindrada intermedia. Pero habrá otros pilotos que perseguirán su misma meta y que tendrá que vigilar mirando hacia la general del Mundial. «Uno de los más fuertes será Canet», confiesa, aunque también tiene presentes a Sam Lowes, su compañero Pedro Acosta, a Jorge Navarro o Celestino Vietti, «junto a sorpresas que pueden ser (Tony) Arbolino o (Joe) Roberts y los 'rookies', que vienen pisando fuerte siempre», añade.

Diferentes tests y pruebas previas antes del semáforo verde en Catar le servirán a Augusto Fernández para evoolucionar su KTM, con la que «no noto diferencia», respecto a la de 2021, aunque sí ha palpado el cambio «en la forma de trabajar, en especial la de los técnicos», contrastando con su anterior paso por el equipo Marc VDS. «Año nuevo, vida nueva y, por ahora, el trabajo que hemos realizado es bueno», destaca el 37, que reflexiona sobre la forma de encarar el ejercicio que se avecina, donde el correr en una estructura con equipo en MotoGP puede abrirle las puertas, «y ese es uno de los por qué del cambio, mirando al futuro, con una oportunidad buena para focalizarnos en Moto2, pero pensando, quién sabe, si en MotoGP más adelante», explicaba en su encuentro con los medios mallorquines.

«Busco la calma para luchar por un Mundial de 21 carreras, que ni se gana ni se pierde en Catar. Veníamos de un buen final de año y en el que viene quiero ganar, pero paso a paso, con la calma necesaria», dice Augusto, optiimista sobre sus opciones, pero a la vez sobre las de los otros tres mallorquines que competirán en las restantes cilindradas. «Podemos luchar los cuatro por el Mundial en nuestras categorías», advierte sin dudar. «Joan (Mir), yo, Izan (Guevara) viene de un buen año de 'rookie' en Moto3 y Miquel (Pons) ganó una carrera y ha cogido experiencia», añade al respecto.

Tampoco dejó pasar la oportunidad de tratar un tema que ha sido actualidad a lo largo de los últimos meses, como es la seguridad en las carreras y de los pilotos, tras una serie de incidentes que han obligado a modificar y actualizar la normativa. «Se ha subido la edad mínima de participación y nosotros somos los primeros que queremos seguridad», dijo al respecto Augusto Fernández, quien recordó que el pasado año fue «atípico y crítico» en algunos momentos y recordó que, aunque «es difícil encontrar una solución definitiva, lo más importante es la seguridad de todos y en ello estoy convencido de que se trabaja», reseñó la gran baza española para pelear por un título de Moto2 -en su nueva denominación- que es el único que falta en las vitrinas del motociclismo mallorquín y balear.